!Un fin de semana irrepetible! Desde el punto de vista de una fanática
Soy fanática del automovilismo desde muy pequeña, no recuerdo cuando comencé a ver autos. En mi casa siempre hubo carreras en la televisión y siempre hubo paseos a todas las categorías que pudiéramos ver en vivo, además de «fierros» por todos lados. Mi papá y mis tíos corrieron go-karts y motocross, así que llevo combustible en la sangre.
Cuando en 1986 llegaba la F1 de nuevo a México mis padres consideraron que mi hermana y yo éramos muy pequeñas para ir, que nos cansaríamos y aburriríamos, así que en 86 no fui, pero a partir de 1987 no me he perdido un solo Gran Premio de México. Todos esos fines de semana han sido grandiosos. Tengo recuerdos inolvidables de un gran grupo de familia y amigos conviviendo y disfrutando las carreras. En esa época la batalla Senna – Prost era épica.
Hasta hace 3 semanas estaba deprimida porque éste año sería el primer Gran Premio de México al que faltaría. Pero todo empezó a darse, y cuando me di cuenta estaba comprando mi vuelo de Cancún a la Ciudad de México para el mejor evento del año (al menos para mí). Comenzó la semana del Gran Premio y se inundaron las redes sociales de información al respecto. Seguí todo lo que pude mientras preparaba mi trabajo y a mi familia para dejarlos, pues iría sola. El martes encontré en twitter un concurso para ganar boletos para el Pit Lane Walk del jueves. Ese día no pude ganar, a pesar de estar al pendiente, pensé que se me escaparía la oportunidad, pero el miércoles me dediqué a pescar esa oportunidad y lo logré! Brincaba de la emoción, tendría la oportunidad de ver a los pilotos y los autos más cerca.
En 1992, el último Gran Premio de México de la época de mi infancia-adolescencia, en los programas de radio previos al Gran Premio hicieron una trivia y afortunadamente me sabía la respuesta, así que marqué de inmediato y respondí: el autódromo mide en éste momento 4,420.50m. y gané! El premio eran unos boletos de una grada que no era mejor que la que ya habíamos comprado, pero fuimos a recogerlos para regalarlos y nos llevamos una grata sorpresa cuando nos invitaron a ir el jueves al Autódromo, a algo similar al Pit Lane Walk de ahora.
Fue algo tan informal como «llega a las 10a.m. preguntas por mí y pasarás a los pits», sonaba a un sueño, a algo fantástico, y lo fue. En esa ocasión no se vendían esos boletos, entraba muy poca gente, era algo completamente exclusivo, les diré que hasta alcancé a tocar un alerón de tan cerca que estábamos, además de caminar libremente por delante y detrás del paddock, así que vi a los pilotos, mecánicos, autos, todo lo vivimos a flor de piel. Ya les contaré en otra ocasión, pero tuve la oportunidad de ver a Senna, Mansell, Berger, Alesi y a un muy joven Schumacher que lograría su primer podio ahí, en mi casa.
Así que en un deja vu de 1992 y apenas bajando del avión me fui con mi papá al autódromo a un Pit Lane Walk con mucha gente, con mucha organización, que mostraba desde ya, cómo sería el Gran Premio. Solo entrar al autódromo era algo mágico; pisar los pits, la famosa peraltada y la recta principal tenían ya la carga de adrenalina que yo esperaba. Debido a la cantidad de gente, nos enfocamos en ver a ‘Checo’, nos acomodamos frente al equipo Force India que no tenía tanta demanda de público en ese momento y esperamos, mientras veíamos la práctica de cambio de neumáticos de Williams y un poco más cerca los Red Bull. Tuvimos oportunidad de ver y tomarnos fotos con Pérez y Hülkenberg, ambos muy amables. Solo vimos a los pilotos de Red Bull de lejos y a Esteban Gutiérrez también de lejos, mientras recibía un regalo del coro de niñas rarámuris que cantarían el domingo el himno nacional. Ya no alcanzamos a ningún otro piloto, pero valió la pena todo lo vivido. Así iniciaba un fin de semana hermoso.
El viernes desde temprano en la pista, tuve la grata sorpresa que mi lugar en el autódromo era de lo mejor, al final de la recta principal, justo en la frenada. Y ver rodar de nuevo a los F1 y escuchar los motores, un tanto mejorados a los del año pasado, me puso la piel de gallina. El autódromo estaba mucho más lleno de lo que yo esperaba, hubo 91,243 espectadores que demostramos que el automovilismo en México es importante y que tiene tradición. Las dos prácticas libres se fueron como agua.
El sábado ya con 113,698 aficionados en el circuito, tuve la oportunidad de estar en un palco frente a la recta saliendo de la curva 3, otro lugar impresionante. Ahí lo importante es disfrutar del rugir de los motores, parada ahí se sentía la velocidad de una forma tan cercana, era casi como si pudieras tocarlos. Ahí vi la práctica libre 3 y la calificación, que me dejó un poco frustrada por el resultado con Sergio Pérez hasta el 11 y con Lewis Hamilton en la pole para el domingo.
El domingo comenzó el día maravilloso, era el Gran Premio de México 2016 y no podía esperar! Llegué temprano como siempre y disfruté de una carrera espectacular, ya que la mayoría de las acciones importantes pasaron enfrente de mí, en mi excelente lugar al final de la recta nuevamente. La arrancada siempre me pone nerviosa y estando en vivo aun más, ver llegar los 22 autos a todo, peleando por posición al final de la recta fue espectacular! Lewis tomó la punta y no la soltaría hasta el final, aun con la polémica de su recorte de pista. Sentí la desesperación de ‘Checo’ vuelta a vuelta al no poder pasar a los Williams que eran inalcanzables en velocidad punta, no por nada se quedó Valtteri Bottas a 0.1 km/hr del record de todos los tiempos de Juan Pablo Montoya. Y con un final de carrera muy controversial por el tercer escalón del podio, pero eso ya lo pudieron leer en muchos otros lugares.
Así viví como espectadora, fanática loca y amante del automovilismo, junto a 339,967 personas, el fin de semana pasado, en un Gran Premio que se vuelve cada vez mejor, que es un evento en toda la palabra y que además se lleva a cabo en una de las Ciudades más bonitas del mundo y que ofrece toda una gama de posibilidades.
Los invito a que no se pierdan los próximos, ya sean mexicanos o no. Yo sé que haré hasta lo imposible por ir a todos y cada uno de ellos. Y si como país seguimos brindándole al mundo un evento así debemos tener F1 en México por muchos años.
Gran Premio de México 2017, te tengo en la mira!