Tanto el alemán como su compañero de equipo, Kimi Räikkönen, sufrieron pinchazos en sus gomas cuando quedaban dos vueltas para el final de la carrera
A falta de dos vueltas para el final, los Ferrari no estaban mal colocados. Kimi Räikkönen era segundo y Sebastian Vettel, cuarto. Pero dos pinchazos en ese momento, uno para el finlandés y a los pocos segundos otro para el alemán, tiraban por tierra todo lo conseguido durante la carrera por ambos pilotos a pocos kilómetros para la bandera a cuadros. Al final, Kimi ha acabado tercero y Vettel tan solo ha podido ser séptimo.
El tetracampeón del mundo se ha pronunciado sobre este tema y ha asegurado que lo ocurrido ha sido inesperado, tanto para él como para su compañero.
“En mi opinión no se puede culpar a nadie en particular. Una vez que las cosas ocurren, es fácil hablar, pero en ese momento lo que hicimos parecía lo correcto. Kimi tuvo problemas similares y había dado cinco o seis vueltas menos con sus neumáticos. Nos pilló por sorpresa a los dos”, ha declarado para Sky Sports F1.
Durante la carrera, Vettel paró muy pronto para adelantar así a Max Verstappen, al que no había podido pasar en pista tras perder su posición con él en la salida, en la que podíamos ver humo saliendo del monoplaza del alemán. Con la carrera ya muy avanzada, el de Ferrari también se vio sobrepasado por Valtteri Bottas, que partía desde la novena posición.
“Hubo fuego en los frenos en la salida. Eso comprometió nuestro inicio y la carrera fue difícil a partir de ahí. No pude adelantar a Max en pista y lo hice parando en boxes. Todo parecía indicar que iba a ser tercero o cuarto. Estaba claro que Valtteri iba a venir contra nosotros, y aprovechó que yo perdiese tiempo en la primera parte. En resumen, fueron un conjunto de cosas las que han hecho que todo sea así”.
Sin embargo, a pesar de los incidentes que le han lastrado durante la carrera en Silverstone, Sebastian ha querido llevarse algo positivo del Gran Premio, y es el buen rendimiento del coche.
“Las cosas podrían haber sido mejores, está claro. Pero no ha sido un desastre. El coche era bueno, sobre todo en las curvas. Estaba equilibrado”.