Para nosotros los fans de la F1, a veces es difícil que conozcamos detalles personales de cualquier piloto que tenga un carácter reservado, y es justo cuando se conocen este tipo de cuestiones cuando la gente se identifica más o menos con tal o cual piloto.
Si a esto le sumamos que el detalle que se da a conocer proviene de alguna situación de vida complicada o de un pasaje familiar no muy alegre, ese piloto gana en adeptos, gana en reconocimiento, porque para los millones de mortales que lo pudieran seguir, parece más humano que súper poderoso.
Todo esto la mayoría de las veces no es pedido por el propio piloto, pero desde el otro lado de la moneda, sí que suma para que estos personajes puedan afrontar situaciones posteriores dentro de la máxima categoría con mayor facilidad, con la experiencia ganada y la superación aplicada.
Hablamos de Charles Leclerc. Es bien sabido que desde muy pequeño ha tenido a su lado a un “mental coach” para sobrellevar de mejor manera cualquier situación adversa que se le pudiera presentar en el camino del automovilismo, pero lo que no sabíamos hasta el día de hoy, es lo que el joven monegasco ha hecho para que su padre pudiera partir de este mundo con un sentimiento de orgullo impensable para quien aún no tiene hijos.
@Charles_Leclerc
Así, la fortaleza mental del ahora joven sorpresa de Ferrari, ha dejado una huella memorable cuando corría en la F2, en la pista de Azerbaiyán en 2017, apenas unos días después de la dolorosa muerte de su padre, Hervé Leclerc, en Junio. Charles logró la pole position con una distancia de medio segundo para luego ganar la carrera principal del fin de semana. Así lo ha contado:
“Perdí a mi padre el miércoles antes de la carrera y sí, fue muy duro de asimilar”.
“Por eso, me dije a mí mismo que verme correr lo es todo para mi padre, él no hubiese querido que hiciera una mala carrera por estar destrozado. Lo que él habría querido es que yo ganara esa carrera para él. Le cumplí”.
Pero además, lo más impactante que ha contado Leclerc es lo que le dijo a su padre cuando supo que se acercaba su final. Le “mintió” diciéndole que ya tenía contrato firmado para competir en la Fórmula 1 para el 2018. Para ese entonces, Charles no tenía nada firmado, tampoco algo seguro con nadie.
“Poco antes de que firmara con Alfa Romeo Sauber le dije que estaría en la F1 el siguiente año. Al final no le mentí, porque ahora estoy aquí, y estoy en Ferrari. El sueño de mi padre era que yo estuviera en la F1 y fuera campeón del mundo. No lo he logrado aún, pero sin duda trabajaré para cumplirle ese sueño, y cumplir el mío también”.
@Charles_Leclerc
Las motivaciones que tiene Charles van más allá de lograr su sueño propio, porque no sólo lo hace para conseguir sus objetivos personales, sino también porque en cada carrera busca honrar a dos personas muy importantes en su vida que ya no están aquí, su amigo Jules Bianchi y su padre.
Sin afán de llevar estas palabras al límite del morbo, es de reconocer lo que Charles Leclerc hace dentro y fuera de la pista, sobre todo, porque el reconocimiento o la fama es lo último que lo mueven a hacerlo.
