Los nueve primeros Grandes Premios de la temporada 2020 de Fórmula 1 ya han sido aplazados o incluso suspendidos a causa de la pandemia del coronavirus. Lo que finalmente suceda con la propia temporada sigue siendo, a día de hoy, una incógnita.
Una cosa está clara: los equipos verán reducidos sus ingresos, así que desde la categoría surge la necesidad de que las escuderías recorten los gastos. Por ello, hace unas semanas se anunció que la normativa de 2021 se retrasaba a 2022 y los chasis de los monoplazas de 2020 se congelaban para el próximo año. Además, existe la posibilidad de que se congelen también algunos otros componentes.
Pero también se están barajando otras medidas. Según el portal web Motorsport.com, los jefes de equipo, Chase Carey, Ross Brawn y Jean Todt, este último el presidente de la FIA, han hablado de la posibilidad de utilizar los ya conocidos ‘tokens’ en 2020 y 2021. Sería un sistema similar al que se aplicó en las unidades de potencia desde el inicio de la era híbrida hasta 2017, en el que a cada componente de estas se le asignaba un determinado valor en fichas, pero esta vez destinado a otras áreas de los monoplazas.
Las escuderías dispondrían de un número limitado de los ya mencionados ‘tokens’, que se podrían utilizar para evolucionar determinadas partes de sus coches. Por supuesto, aún no se conocen los detalles de esta medida.
Con el mismo objetivo, el de reducir costes, también es posible que los equipos vean como se aumentan las restricciones de los test aerodinámicos. De esta forma, el uso de túneles de viento y de CDF se vería afectado.