El tema presupuestario en la Fórmula 1 ha estado en las páginas durante varias semanas, y no es para menos.
La máxima categoría es un ente muy complejo donde se manejan cantidades muy grandes de dinero y, como todo animal de grandes dimensiones, cualquier tropiezo significa una caída de efectos masivos.
Es por esto que la F1 planea aprobar esta semana nuevas medidas en la reducción de gastos. Esta afecta al desarrollo de motores en las próximas dos temporadas, con el congelamiento en los diseños a partir de 2023.
El paquete que han diseñado junto con la FIA a causa de la crisis por el COVID-19, tiene el objetivo de preparar a los equipos ante la llegada de un nuevo reglamento de motores para 2025.
Las medidas van enfocadas a limitar la frecuencia en las mejoras de las unidades de potencia, con el objetivo de que sólo se pueda realizar una especificación que dure no más de una temporada.
Esto significa que los fabricantes podrán introducir nuevas especificaciones en motores, turbos y MGU-H una vez al año de 2021 a 2023. Luego de ese año, el desarrollo quedará congelado durante las siguientes temporadas hasta que lleguen los nuevos motores.
Específicamente hablando del MGU-H, la batería y la centralita, será aún menos el desarrollo permitido. Sólo podrán introducir un diseño nuevo antes de finales de 2021 de cada parte mencionada.
Luego sólo una especificación nueva para un periodo de 2022 a 2023, año en que también se congelarán.
Por último, todos los equipos deberán asegurarse de que cualquier cambio que hagan no cambie en nada la instalación de los propulsores dentro del chasis.
De esta forma, se pretende que los fabricantes consigan un ahorro en el desarrollo minimizando el gasto, de cara a la introducción de nuevos motores por parte de la FIA para reemplazar los V6 híbridos actuales en la temporada 2025.
Liberty Media y la FIA están trazando un camino hacia el futuro de la categoría, en el que quieren generar sustentabilidad para el Gran Circo.