El anuncio oficial de la marcha de Sebastian Vettel ha supuesto la puesta en escena de un efecto mariposa en la parrilla de salida de cara a las próximas temporadas. A día de hoy, las consecuencias de semejante movimiento de mercado no han quedado definidas de cara a la galería.
Gran parte de los pilotos acaban contrato en la vigente temporada, año previo al año de la revolución reglamentaria que acabará teniendo lugar para la temporada 2022. Uno de ellos es Lewis Hamilton que tiene el récord de títulos relativamente cerca.
En cambio, la edad no perdona y Mercedes ha sido plenamente consciente de la importancia de encontrar un relevo sólido al británico. Pilotos del programa de jóvenes pilotos como Esteban Ocon y sobre todo, George Russell son muestras de la gran labor de la escudería por su futuro.
Al mismo tiempo, el gigante germano ha dado muestras de sus guiños hacia los pilotos de su país. Cabe destacar que Michael Schumacher fue uno de los principales cerebros que ha permitido la borrachera de títulos de los de Brackey. Al mismo tiempo, Nico Rosberg se convirtió en una de las principales apuestas. Incluso demostró una capacidad psicológica envidiable derrotando a Hamilton en 2016.
De este modo, Toto Wolff no ha pasado inadvertido ante la confirmación oficial de la marcha de Sebastian. Además de haber halagado su talento, reconoce que no ha pasado inadvertido ante semejante cambio de planes.
«Sebastian es un gran piloto, tiene una gran peLrsonalidad y tiene gran lealtad para cualquier equipo de Fórmula 1. En primer lugar y teniendo vistas al futuro, estamos comprometidos con la lealtad a nuestros pilotos actuales. De todos modos, está claro que no podemos ignorar esta noticia».
Sin duda, el reto para el equipo Mercedes goza de gran envergadura. El hecho de que Red Bull haya conseguido mantenerse en la lucha por los podios después de sus años de glorias, supone un reto para los de Brackley de cara a las próximas temporadas.
Al fin y al cabo, lo importante no es llegar a la cima, si no mantenerse. De este modo, cualquier movimiento resulta fundamental. La Fórmula 1 es una partida de poker y cualquier declaración dejan entrever un farol o una pista jugosa sobre el destino de este deporte. Como dijo William Shakespeare, «el destino baraja las cartas y nosotros las jugamos.»