Como ya os hemos venido informando en los últimos días, la Fórmula 1 se está preparando para volver al trabajo, aun con el COVID-19 pululando por ahí. Debido a esto y para evitar que ocurra algo que vuelva a poner entredicho el campeonato, la F1 está preparando una serie de normas para de esta manera asegurar el trabajo de todos los integrantes del paddok.
Test a todos los miembros, eventos a puerta cerrada y con el mínimo de personal imprescindible, normas en los viajes y traslados, distanciamiento social, código de conducta y una app para saber los movimientos de todo el personal.
Pero también sabemos, que una cosa son las cosas escritas en un papel y otra es la realidad. En ciertos momentos será muy difícil por no decir imposible mantener la distancia de seguridad. Y una cosa es la teoría y otra la realidad del trabajo codo a codo en los boxes de los equipo.
Por todo eso, y además de engrasar a personal y maquinas, los diferentes test que algunos equipos están realizando estos días, sirven para comprobar cómo poner llevar a buen puerto todas estas nuevas normas.
Mercedes, Renault y ayer mimo Racing Point ya saben lo que es trabajar bajo esta nueva presión.
Precisamente, y tras la experiencia de ayer, el director técnico de Racing Point, Andrew Green, se ha referido a este asunto. Green asegura que todo esto será un nuevo desafío:
«Es muy diferente a lo visto hasta ahora, y va a ser un verdadero desafío. Básicamente se trata de respetar la distancia entre los ingenieros cuando trabajan en el automóvil y el tipo de protección personal que deben usar».
El director técnico de Racing Point, asegura que llevar a cabo todos estos protocolos, hará que el trabajo en boxes sea más lento de lo habitual:
«Eso efectivamente cambia el tiempo que lleva hacer trabajos en el automóvil. Ciertos trabajos ahora toman mucho más tiempo, y tenemos que manejar eso. Solo tenemos una cierta cantidad de tiempo en la pista para trabajar en el automóvil cuando estamos en un ambiente de carrera. Además tenemos toques de queda.
Así que ahora tenemos que ver cuánto tiempo lleva cambiar y modificar las piezas del automóvil que normalmente haríamos. Reprogramarlas para asegurarnos de que estamos haciendo lo que debemos hacer durante un fin de semana de carrera, y sin contravenir las normas de toque de queda. Esa es una gran parte de lo que estábamos tratando de aprender ayer”.
Green pone como ejemplo, que cambiar una unidad de potencia, llevaría ahora casi el doble de tiempo:
«Esperamos no vernos obligados en toda la temporada a tener que hacer uno con urgencia. Pero sospecho que cambiar un motor ahora llevará el doble de tiempo que antes. Solo ciertos miembros del equipo podrán trabajar en el automóvil al mismo momento. Eso realmente limita la velocidad a la que puede hacer un cambio de unidad de potencia. Dependiendo de cuándo se requiera una unidad de potencia, será muy difícil.
Hay que hacerlo todo bien y de manera eficiente.
Además, asegura que esto será una presión añadida para los pilotos. Ya que en el caso de accidente grave, puede hacer que la reparación no termine a tiempo para la siguiente sesión:
«Tenemos dos conductores que deben ser conscientes de que si se accidentan durante una sesión de práctica y causan mucho daño, podría tomar mucho más tiempo la reparación Creo que lo sabrán muy bien. Los fines de semana serán mucho más desafiantes.
Sin duda, es nueva «normalidad» será un desafió para todos.