En prácticamente todo el mundo, la crisis económica provocada por el COVID-19 ha cobrado muchas “víctimas”. La Fórmula 1 no es la excepción.
Este impacto, junto con la reducción de los ingresos de la máxima categoría en este 2020 condujo a los responsables del campeonato a tener charlas sobre la importancia de hacer de este deporte, uno sostenible a futuro.
El resultado es la reducción en el tope presupuestario. De 160 a 130 millones de euros por temporada, a partir de 2021.
Ross Brawn, director deportivo de F1, tiene la total certeza de que, sin aprobarse el tope de presupuesto, algunos equipos y/o constructores hubieran dejado el campeonato.
En la última entrega de la serie #thinkingforward, entre otros líderes del automovilismo, Brawn afirmó que gracias a estos cambios se han mantenido todos los fabricantes dentro del mundial:
“Siempre supimos que el tope presupuestario sería una oportunidad. La crisis mundial nos la ha dado. Cuando se ha establecido el tope, siempre lo podemos ajustar. Antes de la pandemia que trajo esta crisis, acordamos que podríamos ajustar el tope. Todos aceptan ahora que el nivel ideal va cambiando”.
“Toco madera, pero creo que de no haber sido capaces de decir que somos sostenibles desde la perspectiva económica, no hubiésemos podido mantener a los principales actores involucrados. Los fabricantes están haciendo ajustes económicos necesarios, pero si la Fórmula 1 siguiera con gastos ilimitados, tendríamos un argumento imposible de mantener”.
“Estoy seguro que esto sería diferente si en las juntas directivas de los fabricantes no les dijeran: Mira, la F1 es vital y va a costar menos en el futuro, hay que ponerlo en los nuevos planes financieros”.
La muestra es la confirmación de Renault de continuar más allá de 2020 con su programa de F1. Esto a pesar de las estrictas e implacables medidas de ahorro en toda la empresa.
Es necesario recordar que los monoplazas actuales se usarán sin cambios mayores en 2020 y 2021. Esto significa un ahorro muy importante para todos. Ya en 2022, con la nueva normativa, se espera que la F1 sea más competitiva y emocionante.
Brawn aterriza un poco lo que significan las nuevas regulaciones para los monoplazas:
“Queremos que los nuevos coches se centren más en las áreas que los aficionados conocen, en vez de gastar millones en cosas de las que la mayoría no saben nada. Creo que, además de que se verán más bonitos, serán capaces de competir entre sí de manera más efectiva”.
Como todo deporte, el de motor también es un negocio, pero uno muy importante que necesita valerse por sí mismo de cara al futuro. Así lo comenta el director de la F1:
“Nuestra propuesta de sostenibilidad es muy importante para involucrar también a las empresas. Son muchas cosas las que hemos estado haciendo. Los empresarios quieren que tengamos una buena estrategia para asegurar la categoría. Nosotros queremos hacer todo eso sin cargarnos la atracción principal o la emoción de la F1”.
Sin duda que el Gran Circo cambiará. La pregunta que vale hacerse aquí es ¿cuánto? La esencia de la categoría reina es casi mágica, por eso es tan complicado hacer cambios. Esperemos que ese misticismo permanezca por siempre.
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