Corren tiempos convulsos para Ferrari, frase repetida en demasiadas ocasiones durante los últimos años. Pero 2020 ha supuesto la guinda a tantos años con más penas que glorias. A día de hoy, resulta impensable que la escudería pueda lograr un podio en condiciones normales durante la era de Mattia Binotto.
Muchas voces centran la culpabilidad en una persona, Mattia Binotto. Desde su incorporación a principios de la temporada 2019, los de Maranello han visto experimentado la caída de su proyecto deportivo. La incapacidad de evolucionar de cara a 2020 y la caída del rendimiento de un Sebastian Vettel que es responsable de la masa salarial a la que es sometido el equipo.
Ante semejante descalabro, Mattia Binotto ha salido a la palestra para comunicar que no ha visto factible una posible salida de la dirección del equipo. Al mismo tiempo, ha reconocido errores que haya podido cometer durante casi dos años de gestión al frente de la escudería más gloriosa de la Fórmula 1, entre ellas, los cambios en la organización del equipo. Una prueba de ello ha sido haber confesado con anterioridad que los problemas del monoplaza comenzaron desde el año anterior:
«Sinceramente nunca me he sentido en peligro porque sé que tengo el apoyo de mis directores, pero me cuestioné, reflexioné sobre si podía ser apto para el rol de director de equipo. Podría haberlo hecho mejor en algunas áreas, por ejemplo, la reorganización técnica podría haberse hecho antes, pero creo que mis 25 años en la Fórmula 1 y el conocimiento de esta empresa son elementos clave para hacerlo bien en esta profesión»
«Es una de las peores cosas que escucho. No estoy solo, te lo puedo asegurar. Hablo con Louis Camilleri varias veces al día y con el presidente John Elkann con regularidad. Recibo sus consejos, ciertamente su estilo de liderazgo es diferente al que estábamos acostumbrados en el pasado, pero no estoy solo, no lo estoy».
Sin duda, la situación es complicada para el equipo. Racing Point, McLaren y sobre todo, el equipo Renault han dado un paso al frente en sus prestaciones. En la misma medida, Honda sigue dando muestras de su potencia en circuitos como Spa, Imola o Monza.
Para colmo, 2022 supondrá un cambio de normativa que viene acompañado con una reducción de costes en forma de techo presupuestario. Por tanto, la organización adquiere un valor superlativo. Al mismo tiempo, hay pilotos como Charles Leclerc que ama Ferrari y a un Carlos Sainz que tiene una cultura de equipo idónea para los tiempos que corren. Quién sabe, a lo mejor Binotto puede encontrar luz a final del túnel.