Creo, que posiblemente hoy hemos podido ver uno de los accidentes más tremendos de los últimos años. Un accidente que seguramente hace pocos años atrás, hubiera sido fatal.
Nos encontrábamos en la primera vuelta del GP de Bahréin. Romain Gosjean estaba en medio del pelotón, involucrado en una lucha con varios pilotos, mientras luchaban por posiciones en la primera curva de Sakhir.
Al tratar de esquivar el coche de su compañero Kevin Magnussen, y girar hacia la derecha, el Haas ha tocado el monoplaza de Daniil Kvyat. Resultado de ello el coche ha salido sin control contra las barreras. Al impactar el coche se ha convertido en una bola de fuego. El casco del monoplaza se ha partido por la mitad, quedando la parte del copckit incrustada en las barreras.
Durante 27 angustiosos segundos, Romain se ha visto envuelto en llamas. Pero por suerte ha logrado salir por sus propios medios. De inmediato fue asistido por personal médico para superar las barreras y alejarse del fuego. Fuego que ha sido sofocado de inmediato por los comisarios.
Tras una primera revisión, Grosjean ha sido evacuado en helicóptero a un hospital cercano. Según parece, además del lógico mareo, tiene ligeras quemaduras en manos y tobillos, contusiones y es posible que alguna costilla rota. Pero todo esto está sin confirmar.
«Romain tiene algunas quemaduras leves en las manos y los tobillos, pero por lo demás está bien. Está con los médicos en este momento», decía un portavoz del equipo.
Sinceramente, hoy hemos asistido a un milagro. Posiblemente sin el halo, no estaríamos escribiendo esta noticia tan tranquilamente. De nuevo, ha quedado claro, que la seguridad en la Fórmula 1 es excepcional.
Ahora toca ver exactamente qué ha ocurrido y analizar las consecuencias para aun hacer nuestro deporte más seguro. Y sobre todo, que se confirme que Grosjean está bien.