Pol Espargaró se enfrentará por primera vez al trazado del Autódromo Internacional de Mugello con la Honda. Sin embargo, el piloto catalán afronta este reto con ganas, después de haber tenido un fin de semana positivo en Le Mans, tras finalizar octavo en una carrera protagonizada por la lluvia.
Reflexionando acerca de los problemas a los que se enfrentan los corredores de MotoGP, Espargaró afirmó que un defecto compartido con otras fábricas es la falta de grip en el neumático trasero. «Estamos sufriendo un poquito más al entrar en las curvas, lo que no nos permite ser rápidos cuando tomamos el giro, es decir, cuando la inclinación es máxima«, dijo. Asimismo, aseguró que lo que sí le está costando personalmente, es hacer una vuelta perfecta.
«Soy rápido, al menos en algunos circuitos, lo que es bueno, ya que denota que tarde o temprano llegará el momento. Es cierto que me cuesta mucho aún meter una vuelta perfecta cuando tienes que ir al máximo, pero eso también forma parte del aprendizaje y es normal«, comentó.
A partir de ahora las carreras serán más seguidas algo que parece agradar al #44: tenía muchas ganas de que hubieran carreras consecutivas. Lo que el año pasado no me apetecía nada, este año realmente lo necesito». «Necesito estar aquí. Trabajar con los mecánicos e ingenieros, dar vueltas, aprender, coger experiencia y cuantas más carreras seguidas tengamos mejor para mí, porque eso me va a ayudar a coger sensaciones«.
Un mal bache de Honda
«No tengo metas, ni objetivos más allá de cada entrenamiento y carrera. Tengo los pies en el suelo. En MotoGP las cosas cambian rápido, al igual que en el mundo de élite; no sólo psicológicamente, también, cosas técnicas de la moto. Honda está trabajando mucho y creo que en próximas carreras podremos probar nuevo material«.