El 3 de julio será un día importante para el futuro de la Máxima Categoría del Automovilismo. Ese día, los grandes jefes de equipos se reunirán en Spielberg. Pero no sólo ellos, sino que a la fiesta también están invitados los CEO de Porsche y Audi.
El tema a tratar será el futuro de los motores para 2025. El rompecabezas es bastante complicado, pero la FIA quiere tener definido este futuro antes de que termine el año. Recordemos que estas negociaciones llevan ya medio año, y aún quedan bastantes preguntas por resolver.
Algunas son: ¿Cuánto debe costar el motor? ¿Qué tan alto debería ser el límite de costos para los fabricantes? ¿Qué componentes deben convertirse en piezas estándar, y cuáles no? ¿Cómo debe ser el motor de combustión? ¿Qué tan grande debe ser la proporción de energía eléctrica?
Además, están las siguientes: ¿Cuánta energía se puede recuperar en las mejores circunstancias? ¿Necesitas el MGU-H o no? ¿Debes darle la potencia al eje delantero y al eje trasero o al clásico solo trasero? ¿Cuál es el rendimiento general? ¿Qué tan grande y pesada debe llegar a ser la batería para no aumentar aún más el peso total del coche y no cambiar demasiado la arquitectura de los coches?
De todo esto, en lo que se muestra un poco de mayor avance, es en la disputa sobre los límites máximos de costos. Se ha establecido ya un parámetro.
El motor de combustión debe funcionar con las nuevas especificaciones de combustible neutro en CO2. Se dice que, probablemente, la base sea el actual V6, porque cualquier otro desarrollo costaría demasiado dinero.
Según Red Bull, crear una nueva planta de poder significaría alrededor de 80 mdd, y con el tope presupuestario implementado al completo, el valor material de una unidad de accionamiento no debe superar el millón. El límite ahora son dos millones.
Desde la esquina de Ferrari, advierten que un límite presupuestario un poco más alto sería más realista:
“El precio y el tope de costos dependen en gran medida de la tecnología implementada en la unidad de combustión. Consideramos un tope en torno a los 120 millones, para que con este presupuesto se puedan cubrir los costos”.
Las negociaciones que la FIA y la Fórmula 1 mantienen hasta ahora con todos los jefes deportivos va en línea con un mismo esquema. Podríamos definirlo de esta manera: En el principio, todo el mundo está de acuerdo. Pero, en el instante en que se debe entrar en los detalles, todos desconfían de todos y es lo que determina el tono de las conversaciones.
Como siempre ha pasado, cuando alguien emite una propuesta, se examina para ver la compatibilidad con la propia idea. Nadie, absolutamente nadie, quiere perder ventaja ante los demás.
Jean Todt, presidente de la FIA, hizo la invitación formal al Grupo VW y a su coordinador deportivo, Fritz Enzinger. El grupo alemán incluyó en la mesa a los jefes de Porsche y Audi, como si fueran marcas separadas. Recordemos que Porsche cuenta con independencia total para el desarrollo de tecnología.
Con estas inclusiones, se ven más posibilidades de llegar a un acuerdo sobre los objetivos comunes. Así que esta mesa de grandes personalidades, tendrá por primera vez la discusión que definirá el rumbo de las siguientes.
En la reunión del próximo sábado, se reunirán todos ellos junto con Todt y los jefes de la F1: Stefano Domenicali y Ross Brawn. De la mano de Mercedes se sentará Ola Källenius, por Ferrari, John Elkann. Renault llegará con Luca de Meo y por parte de Red Bull estará Dietrich Mateschitz. Por parte de Porsche, estará Oliver Blume, su CEO; y de la mano de Audi llegará su jefe, Markus Duesmann.
El futuro del Gran Circo parece alcanzarnos, y de los jefes de todo está el que se haga bien, o no. Ya veremos.