Después de 2 semanas del Gran Premio de Azerbaiyán, sigue siendo noticia por la controversia que le costó un prematuro abandono a Lance Stroll y lo que parecía una victoria segura a Max Verstappen, a causa del fallo para ambos en el neumático izquierdo.
El hecho hizo saltar las luces de alarma pues que se haya presentado en dos autos en el mismo Gran Premio, es un hecho que no debe ser pasado por alto. Las miradas se dirigieron de inmediato hacia el proveedor oficial de la F1, la marca italiana Pirelli.
Para dar cara al asunto y dar una explicación de lo que hubo detrás del fallo salió a la defensa el responsable de Pirelli en F1, Mario Isola. Quien después de un exhaustivo análisis de la mano con la FIA, confirmó que los equipos estuvieron en condiciones distintas a las esperadas:
«Lo que ocurrió en Bakú fue simplemente que las condiciones de carrera esperadas eran diferentes en comparación con las condiciones de carrera reales, y eso ocasionó el fallo.
Cuando hay mucha energía en los neumáticos, con una presión inferior a la esperada, el resultado es que en el flanco se produce lo que llamamos ondas estacionarias.
Las ondas estacionarias ponen una gran cantidad de energía en el borde interior del neumático. En un momento dado, el neumático se rompe. Eso es lo que ocurrió, y la razón por la que tuvimos esta situación en Bakú».
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El directivo Italiano, también acotó que aparte de la presión, la diferencia información que proporcionaron los equipos no se ajustaba a cabalidad con sus cálculos.
«Cuando preparamos las prescripciones [para la presión mínima], recibimos las simulaciones y consideramos los márgenes. Se simulan las cargas previstas, la carga aerodinámica o la velocidad, por lo que no es exactamente el valor que encontramos en pista. Y en este caso, en Bakú, también tuvimos algunos parámetros que no eran exactamente los que hubo en la pista.»
Algo que llama la atención de Isola es como los equipos en su búsqueda de ir al límite juegan con las presiones para mayor rendimiento. Dicho sea de paso, señalo que de momento no hay restricción al respecto. Así mismo, a partir del año que entra se contará con un sensor para medir la presión y evitar suspicacias:
«Si el reglamento no dice que hay una presión que hay que respetar, no puedo decir que hicieron algo en contra del reglamento. Al respetar la presión de salida, estarán cumpliendo el reglamento. Si el año que viene ocurre lo mismo, cuando nosotros, con el sensor de serie, impongamos una presión de carrera, en ese caso estarán en contra del reglamento. Pero este año no es el caso».
Si por algo se caracteriza la máxima categoría del automovilismo es por la constante búsqueda para mejorar el desempeño del monoplaza y ganar rendimiento. Exprimir cada milímetro del auto para encontrar esa décima. Que en esta ocasión la obtuvieron de los neumáticos (que no es un tema nuevo, recordemos a Mercedes en 2016).
Como dice el dicho: si algo no está prohibido, está permitido.
