El GP de Gran Bretaña llegó con la experimentación del nuevo formato de clasificación, que, a lo largo del fin de semana, vio modificada la acción en pista. Todo esto significó un reto para los equipos. Recordemos que después de las prácticas libres 1 del viernes, todos los coches entraron en Parc Fermé.
Con la imposibilidad de cambiar los “set up” para la clasificación, la sprint qualifying y la carrera, el factor humano de los pilotos tiene, por lo menos en intención, un aspecto más importante.
Es así como se encendieron las luces rojas en un GP que volverá a ser histórico, y que continuará su leyenda dentro del máximo circuito.
Los semáforos se apagaron. Max Verstappen defendiendo con todo su posición sobre un Lewis Hamilton que salió disparado a buscar de cualquier manera la primera posición.
Los dos pilotos dieron una batalla épica, como en las antiguas glorias de la Fórmula 1, peleando cada centímetro, cada frenada. Una emoción que nos puso a todos de pie pero que terminó con un toque del inglés en la salida de Chopel que mandó a Max al muro.
El Safety Car fue desplegado de inmediato, para dar paso a la bandera roja que detuvo la carrera. Por más de 30 minutos tuvimos que esperar para la relanzada, pero también para saber el resultado de la investigación del incidente.
Sanción de 10 segundos para Hamilton, que le resulta muy barata a Mercedes, pero es lo que dicta el reglamento de sanciones.
Charles Leclerc se benefició al quedar en la punta. La salida se da en parado. Los semáforos se vuelven a apagar y el monegasco pudo mantener su posición, poniendo espacio contra los dos Mercedes, que no pudieron atacar.
El ritmo del Ferrari se muestra impresionante y le da esperanza a los tifosi, porque ninguno de los dos autos negros le pudo poner en verdadera complicación durante casi toda la carrera.
En la parte media de la parrilla, una batalla como de antaño entre Fernando Alonso y Sebastian Vettel, en el que el alemán termina en trompo, arruinando prácticamente su carrera, porque al final tuvo que abandonar por problemas mecánicos.
Desde la vuelta 7 las cosas se normalizaron, sabiendo que en esta pista no es tan fácil adelantar por lo complicado de los sectores. Es una pista de alta velocidad con curvas legendarias pero que no permiten tantos adelantamientos.
Red Bull quedó en una posición complicada por la pelea de ambos campeonatos, con Sergio Pérez saliendo desde el pit lane.
La ventana de paradas en boxes se abrió en la vuelta 19, y que puso un poco de tensión en las posiciones. Sobre todo, porque Checo, que largó con neumáticos duros, cambió a los medios en una estrategia poco entendible.
Los McLaren mostraron su velocidad, pero no la suficiente para pelear en la punta como lo habíamos visto en las carreras anteriores. Lando Norris supo hacer su carrera, mientras que Daniel Ricciardo parece estar encontrando su propio ritmo en el MCL35M.
De ahí en más, lo destacable es la estrategia que Red Bull decidió para quitarle al campeón el punto de la vuelta rápida. 3 paradas para el mexicano, montando los neumáticos rojos en la última.
Además de la persecución que consiguió Hamilton, luego de las órdenes de equipo, para alcanzar y adelantar a Leclerc a dos vueltas del final. Sigue siendo el rey de Silverstone, frente a su gente. Un triunfo que, en la justicia deportiva, se ve un poco opacado por la acción que dejó fuera a otro piloto, aunque bien festejado por su propia gente en casa.
Mercedes y Hamilton reducen sus distancias en ambos campeonatos. Norris se establece como tercer lugar en el de pilotos, y Bottas sube al cuarto, relegando al mexicano a la 5ª posición.