Después de lo que parecía pintar para ser un extraordinario fin de semana para el Charles Leclerc, el gran trabajo del fin de semana se fue a la basura al ser pasajero en una carambola que puso a la parrilla de cabeza y planteó un escenario inesperado.
El piloto monegasco fue embestido por una avalancha verde intenso, cortesía de Lance Stroll en un Aston Martin que salió desbocado.
Todo parecía indicar que Charles había salido bien librado de la primera secuencia de eventos desafortunados en las que Valtteri Bottas se llevó puestos a Lando Norris y a Sergio Pérez. Y a raíz de esos encuentros, el Red Bull de Max Verstappen también resulto herido.
Leclerc al verse obligado a abandonar la incipiente carrera, despotricó enfurecido por la radio, con justa razón:
«Fue un buen juego de bolos. Un domingo como este, antes de las vacaciones de verano, fue una mierda. No sé cómo fue posible”.
Charles comentó respecto a la maniobra que intentó hacer Stroll, tachándola de irreal por las condiciones en las que se desarrollo:
“Comenzó cinco o seis posiciones detrás. Yo también he exagerado en el pasado en la salida, pero hoy intentar ganar cinco posiciones en la primera curva no es realista.
Hoy estoy frustrado porque sabía que tenía la oportunidad de hacerlo bien. Empecé con cautela y acabó así”.
En cuanto a las posibles consecuencias por la acción del piloto canadiense, Leclerc no ahondó mucho y lo dejó a juicio de los comisarios:
«No me corresponde a mí juzgar lo que pasó, pero estoy seguro de que los comisionados han visto lo que pasó».
Es una pena que Charles no haya tenido oportunidad de desarrollar la carrera, pues el escenario inicial ofrecía un gran resultado para los Ferrari. Esto lo pudimos constatar con lo cerca que se quedó del podio Carlos Sainz, en un hipotético escenario, Leclerc pudo haber estado en la pelea.
Por lo pronto Stroll se lleva 5 puestos de penalización para la siguiente carrera y el monegasco se va de vacaciones con un mal sabor de boca. Así mismo, su coequipero lo alcanza en el número de puntos, lo que los coloca 6° y 7° puesto respectivamente.
En Budapest era la oportunidad para brillar de los Ferrari y desafortunadamente para Leclerc, no tuvo tiempo para demostrarlo.