La lluvia Rusa se ha llevado en su inclemente caudal las esperanzas de un chico que tenía ante sus ojos una merecida victoria. Después de que Lando Norris haya tenido un fin de semana casi de ensueño, la fantasía se convirtió en pesadilla para la joven promesa Inglesa.
A escasas 3 vueltas del final, el guión del Gran Premio de Rusia se reescribió con tinta de agua y dio un giro inesperado:
“No estoy feliz, Pude haber ganado la carrera y no lo hice, así que nunca estaré contento de esta forma, es lo que es, así fue, tomamos las decisiones, tomé las decisiones y al final del día salió mal, es duro. Pero en el lado positivo, tuve un par de puntos y Daniel hizo un buen trabajo. Para el equipo fue un día decente”.
Acerca de la estoica defensa ante los embates del heptacampeón, Lewis Hamilton, Norris agregó que si las condiciones hubieran continuado, el hubiese resistido:
“Es seguro, creo que todo estaba bajo control, estaba ahorrando un poco de combustible. Estaba un poco cerca de mi pero tan pronto como paré, pude empujar y todo estuvo bien. Aún en las primeras 4 o 5 vueltas cuando empezó a lloviznar, era engañoso pero estaba bajo control. Cometí un par de errores, creo es lo que sucede cuando lidereas, no puedes conducir despacio y dejarlos pasar.
Fue engañoso pero de alguna forma no pudimos ver cuanta lluvia estaba por venir. No me avisaron y no podía saber y tomé mi decisión a partir de lo había visto y de la información que me habían proporcionado. Que la llovizna iba a permanecer como llovizna no un aguacero.
Todo estaba yendo tan bien que me hace sentir aún peor, así que al final no fue el resultado que queríamos”.
Norris fue galardonado como piloto del día y sin temor a equivocarme, creo que este episodio de Sochi quedará grabado con letras doradas en los anales de la historia de la máxima categoría. Fue duro ver al joven piloto dar sus declaraciones y asumir su resultado. Por un momento, cuando decidió quedarse en pista y el aquaplaning lo hacía patinar.
No queda más que quitarse el sombrero ante la cátedra de manejo que nos regaló Lando, seguramente hay muchas más por venir. Al final del día vale recordar que debajo el casco hay un chico con el corazón roto.