Casi una semana ha pasado tras la emocionante cita de Monza. Dejando a un lado el genial doblete de McLaren, el otro punto álgido de la carrera fue, sin duda, el segundo capítulo con consecuencias accidentadas de la lucha por el mundial entre Lewis Hamilton y Max Verstappen.
El mundial de Fórmula 1 está al rojo vivo entre estos dos auténticos animales competitivos. Y, siendo así, que, en algunas de sus batallas en pista alguno, o incluso los dos salgan mal parados, parece algo destinado a ocurrir. Sin duda se quiere batalla sin toques, pero sucesos como el de Silverstone o Monza han añadido un morbo extra a la rivalidad entre ellos, la batalla por el mundial, e incluso ha enfervorecido a los fans de cada uno de ellos.
Ya en el accidente del Gran Premio de Gran Bretaña corrieron ríos de tinta sobre si Hamilton había tenido culpa o no. Si Verstappen podía haber levantado e intentarlo después. Si se podían haber dado algo más de margen ambos, más, teniendo en cuenta la curva de altísima velocidad en la que sucedió el accidente.
Tras Silverstone, muchos dijeron, este que escribe incluido, que ese no era más que el primer capítulo de accidentes entre ambos en su batalla por el mundial este año. Pues con el verano ni siquiera acabado se produjo el segundo “encuentro no deseado”.
Red Bull y Mercedes hicieron unas discretas, por no decir malas paradas en box. El caso es, que a la salida a pista de Hamilton, Verstappen llegaba como el rayo y seguramente si, encendido por la mala parada en box. Lewis, viendo que Max llegaba y podía rebasarle, optó por abrir ligeramente su trazada antes de abordar la curva para amilanar al joven holandés. Lejos de ello, Verstappen apuró lo que le quedaba de pista y lanzó el ataque por el exterior, entrando en la curva al límite y side by side con Lewis.
Todo legal, todo al límite para ambos, pero legal. Pero metidos en la curva, con el de Red Bull con medio monoplaza por el piano y el de Mercedes no cediendo ni un milímetro extra, la rueda trasera derecha de Max tocó la trasera izquierda de Lewis y el monoplaza se catapultó por encima del Mercedes. El resto, es historia y, dicho sea de paso, el halo volvió a salvar una vida.
Ambos fuera de pista, cero en el casillero de la carrera. Rivalidad y temperatura del duelo multiplicada y de nuevo el debate sobre quien tiene la culpa. Bajo mi humilde opinión, la culpa no es de ninguno, ambos fueron al límite, pero en lo legal. Lance de carrera, sin más. Pero Max Verstappen cobró sanción de cara a la próxima cita del calendario.
La lucha por el mundial sigue en un puño y con los ánimos caldeados. La cuestión es, ¿Tendremos duelos entre ellos sin más toques o veremos un tercer “capítulo”? Lo cierto es que pinta a que sí, a que lo habrá.