En el GP de Italia, la Fórmula 1 anunció un gran avance en la discusión sobre el motor del futuro. Al final, fue un gran avance con algunos pros y contras que iban a discutir en las siguientes fechas. Pero en el GP de Turquía se espera que se llegue a un acuerdo sobre el concepto aproximado de 2026.
Los fabricantes actuales de la F1 como son Ferrari, Mercedes, Renault y los sucesores de Honda, Red Bull, están de acuerdo en un compromiso para atraer nuevas partes interesadas a partir de 2026. Eso sí, con un compromiso a largo plazo de mínimo 5 años.
Este mensaje mandado por los fabricantes a la FIA y los nuevos fabricantes es claro: solo renunciaremos a parte de nuestro liderazgo en experiencia si las marcas interesadas se comprometen a largo plazo. Si en Turquía se aprueba la nueva reglamentación de motores, será prácticamente sinónimo de la entrada de las dos marcas alemanas.
Y el principio de acuerdo alcanzado en términos generales para la arquitectura del motor es el siguiente:
- V6 Turbo: Contará con grandes partes idénticas a los actuales motores. El mayor cambio será en la culata y la zona de combustión, donde se discutirán los nuevos combustibles sostenibles. El costo de la unidad de potencia debe ser muy inferior al millón de euros.
- Adiós al MGU-H: Habrá limitación estricta del flujo de combustible. Esa limitación hizo que los motores actuales fueran súper eficientes, también los complicó innecesariamente.
- Seguir el camino de Le Mans: Allí se utilizarán combustibles sintéticos a partir del próximo año. La FIA quería introducirlos en 2023, pero aplazarán a 2026-2027.
- Evolución en la parte eléctrica: Debido a la pérdida de rendimiento por el uso de combustible sintético, se evolucionará la parte eléctrica pasando el MGU-K de 120Kw a 350Kw, es decir, de 165cv a 482cv, con lo que implicará una batería más robusta.
- Aerodinámica activa: Los fabricantes actuales son reacios a recuperar energía en el eje delantero, y prescindir de la tracción a las cuatro ruedas. El problema de aprovechar toda la potencia en el eje trasero es el gran par de frenado que surge al cargar. Por ello, los coches correrán por las rectas prácticamente con las alas planas, mientras que el alerón trasero está ajustado a la máxima presión de contacto en el punto de frenado. También se debate el uso de la suspensión activa.
Uno de los elementos críticos es el tema del límite presupuestario para cada fabricante. Los potenciales recién llegados Audi y Porsche quieren ponerlos lo más alto posible, mientras Mercedes lo más bajo posible.
Mercedes quiere aprovecharse de que muchas de las piezas las realizan internamente, mientras que otras dependen del baile de precios de los distintos proveedores. En ese punto se encuentra Red Bull, que está a caballo entre la fabricación propia y la compra de piezas a Honda, estando atados a los de Sakura hasta 2026.
El Grupo VW aparentemente quiere impulsar la misma estrategia en la Fórmula 1 que en el Campeonato Mundial de Resistencia y estará representado con dos marcas. El principio detrás de esto es simple: Audi y Porsche comparten los costos, pero el grupo tiene el doble de beneficios. Para los equipos que todavía impulsan los motores de los clientes en la actualidad, podrían abrirse nuevas oportunidades en 2026.