Haas llega a Texas, al Gran Premio de Estados Unidos y, por tanto, a su GP de casa, pero lejos de hacerlo con aspiraciones de resultados prometedores. El equipo americano se halla en un agujero negro del que no ha podido salir en los últimos tres años. De hecho, quizá esta esté siendo la peor temporada de toda su andadura en Fórmula 1. Lo peor de todo es, quizá, que ellos mismos lo sabían y desde el inicio.
Siendo el único equipo con un cero aún en su casillero y una distancia sideral respecto al resto de monoplazas, la cita de COTA se antoja como un trámite agrio para Haas. La escudería americana decidió desde el primer momento hipotecar completamente esta temporada y poner todos los “huevos” en la cesta de 2022 para salir del hoyo.
El único rayo de sol para ellos se produjo precisamente en la pasada carrera en Turquía, donde Mick Schumacher logró meter su coche en Q2. Guenther Steiner se refiere a ello y hace un pequeño análisis de la cita americana:
“Estuve feliz de que Mick lo consiguiera. Hemos tenido pocos momentos buenos en pista y algo como esto te indica que puedes hacerlo. Creo que tendrá impacto en próximas carreras para el equipo ya que recuperaron algo de la confianza que quizá habían perdido en el año.
Austin siempre ha sido bueno para nosotros. Aquí tenemos muchos fans y cada vez es más grande a medida que crece la Fórmula 1 en USA. Austin como lugar y pista de carreras es un buen sitio. Creo que toda la Fórmula 1 está feliz de volver a Austin. Estoy muy feliz por volver allí el fin de semana”.
Las opciones de repetir, siquiera la pequeña “gesta” de entrar en Q2, son mínimas para Mick Schumacher o Nikita Mazepin. Esta temporada sus opciones pasan por encontrarse de bruces con alguna carrera realmente alocada y aún así, no tendrían muchas opciones. Las diferencias de rendimiento entre su monoplaza y cualquiera de los de su zona son muchas. Las tensiones entre el propio Mick y Nikita tampoco ayudan al equipo. Veremos si al menos, en el gran premio de casa para Haas, entierran el hacha de guerra.