Con una Clasificación que dejó las expectativas muy altas, el GP de EEUU fue un tanto una incógnita para los equipos antes de comenzar. Las temperaturas y el viento jugarían un papel determinante en las estrategias, todo puesto para que COTA de inicio a la gira americana.
Los semáforos se apagaron, y con un tiempo de reacción superior, Lewis Hamilton consiguió meter el coche por el interior lo suficiente para que Max Verstappen no pudiera taparlo. Luego de los primeros 240 metros, el británico se hizo con la punta de la carrera.
Sergio Pérez, en cambio, sí pudo mantener a raya a Charles Leclerc, y en la salida de la emblemática cura ciega del punto más alto, estuvo casi a la par del W12, pero el traslape en la pisada al acelerador lo dejó sin posibilidad de poner en peligro al británico.
Entrando en las enlazadas, Checo le dejó el espacio a Max para que mantuviera el segundo puesto y fuera a por la batalla por la punta.
Justo detrás, vimos la mejor batalla en pista de las primeras vueltas. Los contendientes por quedarse con el tercer puesto del campeonato de constructores tuvieron sus minutos de recuerdo. McLaren contra Ferrari, un duelo entre Carlos Sainz y los dos autos papaya que hizo suspirar a más de uno.
En la parte trasera, un trompo entre Nikita Mazepin bloqueó a Nicholas Latifi, mientras que Kimi Räikkönen le rozaba el alerón delantero a Esteban Ocon.
En el final, tanto Fernando Alonso, Sebastian Vettel y George Russell se fue llevando de forma tranquila. El de Alpine y el de Aston Martin comenzaron a avanzar puestos de forma natural, hasta que llegaron al alerón trasero de Antonio Giovinazzi, que estuvo envuelto en todas las batallas detrás de los puntos de toda la carrera.
Alonso forzó y tuvo que devolver para evitar penalización luego de que, según él, le habían hecho lo mismo. Ninguno de los dos incidentes mereció siquiera ser investigado por los comisarios. Una decisión acertada, porque ahí no hubo nada más que mirar.
Como lo comentamos, las estrategias pasaron a ser la principal forma de adelantamiento. Los neumáticos sufrían desgaste intenso por las temperaturas, por eso, Verstappen nunca pudo acercarse con peligro a Hamilton.
La ventana pronosticada comenzaba en la vuelta 10, inaugurada por el novato de AlphaTauri que, justo antes de entrar, volvió a demostrar lo que tiene en sus pequeñas manos. Mantuvo a Valtteri Bottas por detrás como lo hizo con Hamilton antes.
El juego de ajedrez comenzó, y fue Red Bull el que asestó el primer golpe. Llamaron a pits a Max en la vuelta 11, y dos más tarde, llamaron a Checo. El neerlandés salió con duros nuevos después de una parada estándar, mientras que el mexicano montó medios nuevos, con una parada más lenta de 3.7 segundos.
Este movimiento definió lo que veríamos al final. Porque Mercedes decidió mantener en pista a Hamilton, pero el rendimiento que le sacó Max a esas primeras vueltas lo acercaron lo suficiente para que el undercut fuera muy efectivo.
En la vuelta 14 entró el #44, con 2.8 segundos y neumáticos duros. Perdió la punta, pero quedó por detrás a casi 7 segundos de Verstappen.
Un poco más tarde, lo que llenó de emoción la pista fue la batalla entre dos campeones del mundo. Alonso y Kimi nos regalaron buenos momentos, con el finlandés sin ceder un ápice a pesar del lance agresivo del español.
Luego vimos de nuevo la batalla entre Yuki Tsunoda y Bottas, que se quitó de encima a Pierre Gasly por el abandono del francés. Esta vez, fueron casi 3 vueltas las que aguantó el japonés, que rodaba 1,7 segundos más lento. Pero el trabajo estuvo hecho, porque Bottas no pudo acelerar lo suficiente para colarse más arriba.
La carrera se estableció así, hasta pasada la mitad, cuando otra vez, los de Milton Keynes fueron agresivos en la estrategia, metiendo a boxes a Max en la vuelta 30. Una jugada que les salió otra vez muy bien, porque colocaron a su piloto justo detrás de su compañero, que jugó de nuevo en equipo sin poner ninguna resistencia.
La vuelta siguiente fue la elegida para montarle los únicos duros nuevos que tenía disponibles el mexicano, marcando un ritmo muy fuerte, quedándose por una buena cantidad de giros con el récord de vuelta rápida.
Mercedes la pensó mejor y decidieron mantener a sus pilotos más tiempo para poder tener mejores gomas de cara al final.
Casi les sale, porque 7 vueltas después entró Hamilton, con una mejor parada que su rival de 2,4 segundos, pero que lo dejó a 7,8 s detrás de Max. El ritmo que imprimió Lewis fue devastador, marcando récords en todos los sectores para quedarse con la vuelta rápida, pero acercándose peligrosamente a Max.
Los registros marcaban una reducción en distancia de más de medio segundo por vuelta en las primeras instancias, así que los pronósticos del muro daban para que el británico alcanzara al neerlandés en las tres últimas vueltas.
Aunque todo parecía muy bien, las circunstancias no lo fueron tanto. El gran pilotaje de Verstappen y el hecho de haber cuidado sus neumáticos lo puso en esa posición de no dejar que Hamilton llegara al punto dulce del DRS.
La tensión nos duró hasta la última vuelta, porque Max se encontró por segunda vez a Mick Schumacher en las enlazadas, haciéndole perder tiempo y pidiendo que lo quitaran de en medio. Lewis aprovechó para acercarse a rango, pero en la salida del segundo sector, y justo antes del detector, el de Red Bull se las ingenió para exprimir al máximo su monoplaza y alejarse de su rival.
Hamilton no encontró la ventana y Max se llevó la victoria en una pista que era territorio Mercedes por mucho. Checo Pérez se quedó con el tercer puesto, mientras que Bottas consiguió adelantar a Sainz para quedarse con la 5ª posición.
Golpe duro para los de Woking que salen heridos de una pista que siempre fue favorable para ellos. Se viene el GP de CDMX, donde en papel, los de las bebidas energéticas tienen mayor ventaja. El campeonato se pone casa vez más intenso y emocionante.