Sin duda, la primera temporada de Daniel Ricciardo en McLaren no ha estado al nivel esperado. Esto es una realidad admitida incluso por el propio piloto. Después de una primera mitad del año en la que su compañero de equipo, Lando Norris, cosechó tres podios y más del doble de puntos, Ricciardo fue el primero en hacer autocrítica.
Al acabar la carrera de Hungría, la última antes del parón veraniego, el piloto australiano admite que fue uno de los puntos más bajos de la temporada para él. Tras terminar en la decimoprimera posición de trece coches que finalizaron la carrera, quiso dejar de pensar en la Fórmula 1 por un tiempo:
«A pesar de lo abatido que estaba en ese momento, una parte de mí también estaba feliz. Porque estaba como, está bien, la primera mitad ha sido lo que fue. Es casi irrisoria de alguna manera. Así que, a la mierda, subamos a un avión y que no nos importe la F1 durante dos semanas”, reconoció en declaraciones para motorsport.com.
Y parece que el reset que hizo el australiano durante ese tiempo le ayudó a afrontar la segunda mitad del año de manera diferente. Si bien todavía tuvo dificultades en algunas carreras, resultados como la victoria de Monza fueron una gran manera de acallar las voces que comenzaban a dudar de su potencial. Algo que incluso él mismo comenzó a cuestionarse:
«Aprecio que ese mensaje iba a ser dirigido a, supongo, gente que quizás pensó que me había marchado. Pero aún así, antes que nada, ese mensaje fue para mí porque hubo momentos en los que perdí un poco de fe y me pregunté, ¿por qué estoy teniendo tantas dificultades? ¿Tengo ahora un poco de miedo que hace no empujar tanto el coche?”.
Cuando comenzó el año, tras los test invernales y la carrera inaugural en Baréin, en la que quedó a más de 20 segundos de su compañero de equipo, Ricciardo pensaba que las cosas solo podían ir a mejor. Admite que ese planteamiento lo hizo todavía más complicado cuando lejos de mejorar, las distancias aumentaron:
«Una parte pensó que solo iba a mejorar. Tal vez eso fue malo, porque entonces probablemente fue aún más un rompecabezas cuando iba hacia atrás en las siguientes carreras».
A pesar de ello, el australiano prefiere quedarse con la cara positiva mostrada tras el parón de verano. Aunque el inicio no fue como esperaba, está feliz con la evolución que ha podido llevar a cabo y la posición en la que se encuentra ahora:
«Pero sí, creo que ahora en la segunda mitad de la temporada, fue mejor. Obtuve la victoria e hice todo esto, y me confirmé muchas cosas. Estoy feliz. Estoy feliz donde están las cosas. No es perfecto, pero estoy feliz”.
Tras la que sin duda ha sido una temporada de adaptación, Daniel Ricciardo encara su segunda temporada de la mano de McLaren con el objetivo de ser competitivo desde la primera carrera.