Durante los 3 días en Barcelona y estos últimos 3 días en el desierto, ningún Ferrari ha provocado una sola bandera roja. Tampoco se ha hecho público ningún problema mecánico del F1-75. Mucho menos se ha oído de queja alguna por parte de los pilotos de su monoplaza.
Salvo aquella ya famosa escena que nos hizo redescubrir el “Marsopeo” o “Porpoising”, el monoplaza italiano solo ha provocado buenos comentarios y elogios.
Carlos Sainz se ha mostrado satisfecho, así lo ha expresando en sus redes sociales:
“¡Se acabó! Dos semanas positivas de test, gran esfuerzo de todo el equipo ¡Y con ganas de empezar el mundial! ¡Gracias a todos por vuestro apoyo!».
Es cierto que en la última jornada, el español se dedicó a realizar mayormente tandas largas con los compuestos más duros. Su aparente invisibilidad es un testimonio de que el Ferrari es sólido y consistente.
Las 68 vueltas al circuito bajo el sol del medio día, hacen irrelevante el crono conseguido, es más valioso recordar las escenas dentro el auto que mostraban la poca dificultad que Sainz enfrentaba para conseguir los tiempos.
@ScuderiaFerrari
A pesar de ello, ya en el espacio de entrevistas dentro del paddock, Carlos se muestra cauto, aunque contento:
«Han sido seis días muy positivos, porque hemos podido rodar sin problemas y probar más o menos todo lo que queríamos antes de llegar a la primera carrera. Ahora podemos ir al primer gran premio con todo probado.
Contento también porque en este último día he podido probar dos o tres cosas que todavía me quedaban por probar y eran importantes, por lo que eso me ha dejado un buen sabor de boca».
Directamente cuestionado sobre los señalamientos que ponen a Ferrari como favorito en la primera carrera del año, la respuesta de Sainz fue clara:
«Es imposible de saber. Es una estrategia muy común, intentar señalar a un equipo que siempre parece que va mejor, pero luego en la primera carrera todo el mundo pone todo en su sitio y se dejan de hacer predicciones.
No sé cómo la gente sigue cayendo en la trampa»
Concluyó resumiendo el estado del desarrollo de los autos de esta temporada:
«Estos coches son muy difíciles de llevar, son duros a nivel de suspensiones y son monoplazas que no van tan perfectos como los del año pasado, eso creo que se ve desde fuera».
A pesar de todo, Carlos Sainz y Charles Leclerc llevarán, lo quieran o no, las esperanzas de millones de ferraristas de todo el mundo.
El GP de Bahréin se correrá el próximo fin de semana y promete ser apasionante.
