El jueves a primera hora Mercedes sorprendió a todos en Sakhir. Los rumores se confirmaron y la marca alemana presentó un monoplaza caracterizado por la [casi] inexistencia de pontones. El diseño era totalmente revolucionario y chocaba al compararlo con el de equipos como Ferrari, con una filosofía radicalmente diferente.
Inmediatamente se sucedieron las reacciones y las dudas acerca de la legalidad del coche de Brackley. Una de las figuras que se pronunció (o eso parecía) en esta línea fue Christian Horner, jefe de equipo de Red Bull. La revista alemana Auto Motor Und Sport recogía unas declaraciones del propio Horner en las que ponía en duda la legalidad del diseño de Mercedes. Además, sugería que dicho diseño iba en contra del espíritu de la nueva normativa.
Posteriormente, tanto Red Bull como el propio Horner han declarado que estas declaraciones carecen de oficialidad. Además, el británico afirmó que la solución de los alemanes se enmarca dentro de lo permitido por la FIA:
“Creo que se han citado declaraciones que realmente no se realizaron. Mercedes ha ideado una solución radical, diferente. ¿Creemos que es legal? Sí, absolutamente. Parece cumplir con todos los requisitos”.
También hubo revuelo en otro de los potenciales rivales de Mercedes, Ferrari. Mattia Binotto, jefe de equipo de los de Maranello, expresó recientemente sus reservas acerca de otra pieza de las flechas plateadas, los retrovisores:
“Estoy algo sorprendido con los retrovisores de Mercedes, es algo que no esperábamos. Creo que es algo que debe revisarse para el futuro, ya que en el pasado argumentamos que no deberían tener ningún propósito aerodinámico. Solo deben servir para mirar hacia atrás”.
Por su parte, Horner quitó hierro al asunto y señaló a la FIA. En su opinión, el organismo es el único que debe dirimir si el monoplaza alemán ha sido diseñado acorde al espíritu de la nueva normativa:
“Realmente no hay nada que defina el espíritu de la normativa, o se cumple o no se cumple. No nos corresponde juzgarlo a nosotros. La FIA tiene acceso a todos y cada uno de los planos. Un diseño de estas características seguramente se habría presentado con antelación.
Es un concepto interesante, extremo. Si es rápido o no lo dirá el tiempo, pero en lo que respecta a su cumplimiento, eso es una cuestión que depende de la FIA”.
Toto Wolff se mostró bastante tranquilo con la situación y no ha dudado ni duda de la legalidad del coche diseñado por su equipo:
“El proceso es bastante claro. Cuando vas en una dirección de desarrollo en específico con tu equipo, formando la FIA parte del escrutinio, estás intercambiando los datos generados en el ordenador para convertirlos después en parte del proceso”.
En apenas una semana comenzará el fuego real en Bahréin y descubriremos qué escuderías han acertado con su diseño y quiénes comenzarán el mundial a la zaga.