Tras un fin de semana inmejorable para Ferrari, los de Maranello llegan al Gran Premio de Arabia Saudí con la intención de mantener la inercia positiva. Ya habían dejado buenas sensaciones en los test de pretemporada. Pero estas se confirmaron cuando los monoplazas rojos firmaron con un doblete la primera carrera del año.
En lo que a tiempos se refiere, a una vuelta, eran tres décimas más veloces que los Red Bull y cinco que los Mercedes. Y en lo que concierne a ritmo de carrera, la diferencia con Red Bull ascendía hasta ocho décimas, según sus propias cuentas.
Por su parte, Charles Leclerc, líder del mundial, prefiere mantenerse cauto. A pesar de las buenas sensaciones tras la carrera de Bahréin, el monegasco asegura que las distancias con Red Bull son pequeñas y la pista de Jeddah supondrá un nuevo examen:
“Venimos de un gran fin de semana, pero quiero mantener el mismo planteamiento. Nos enfocamos en nosotros mismos con el objetivo de hacer el mejor trabajo posible, y ese es el mismo enfoque que quiero tener aquí en Jeddah. Es otra pista, con características muy diferentes respecto a Sakhir, por lo que nos espera otro examen. Red Bull está muy cerca y cuando el margen es muy pequeño”.
También ha reconocido que disfrutó la batalla con Max Verstappen. En ese sentido, ha hecho un guiño a la nueva dirección de carrera, con la que, según asegura, todo está más claro que cuando se tuvo que enfrentar al piloto de Red Bull en la temporada 2019:
“Fue genial, pero también estaba en un estado muy crítico con mi batería. No podía usar ningún poder adicional para defenderme en la recta principal. También fue útil tener el DRS tras salir de la curva 3, que al final me ayudó a mantener el mando de la carrera. En Austria en 2019 estaba enojado porque no estaba del todo claro lo que se nos permitía hacer. Ahora está claro qué está permitido y qué no. La forma en que corrimos en Bahrein fue hermosa”.
Finalmente, en relación a los rumores que señalan que la falta de definición de un primer piloto claro en Ferrari podría desembocar en una guerra civil interna, Leclerc lo tiene claro. Ambos son conscientes de que el interés del equipo está por encima, y gozan de una buena relación más allá de las carreras:
“No creo que esto sea un problema. Cuando me pongo el casco quiero ganarle a Carlos tanto como él quiere ganarme a mí. Pero por otro lado somos conscientes de que esta es una gran oportunidad. No podemos cometer errores, siempre nos hemos respetado y además tenemos una excelente relación fuera de la pista”.
Por su parte, su compañero Carlos Sainz ha mostrado una postura similar. Si bien reconoce que la presión es mayor cuando la lucha por el título se da entre compañeros de equipo, cree que son lo suficientemente maduros para poder gestionarlo:
«Entonces, finalmente, me corresponderá a mí, a Charles y al equipo administrarlo todo, de la misma manera que lo hemos hecho hasta ahora. La presión en estos casos es mayor, hay más en juego, pero creo que somos lo suficientemente maduros y sabemos qué hacer».
En referencia a la carrera de Jeddah, no se atreve a hacer predicciones. No obstante, confía en un buen rendimiento del monoplaza, teniendo en cuenta que en Bahréin funcionó bien en todo tipo de curvas:
«A partir de los datos del GPS podemos ver los puntos en los que nos expresamos mejor y aquellos en los que nos costó un poco más. Debo decir que lo hicimos bastante bien en todo tipo de curvas, no tuvimos puntos muy débiles ni decididamente fuertes. Pero en cuanto a Jeddah, no podemos saberlo todavía”.
Finalmente, ha admitido en numerosas ocasiones que todavía no ha encontrado el feeling con este monoplaza. Sin embargo, nada más terminar la carrera de Bahréin, comenzó a trabajar con su equipo para ver dónde perdía rendimiento respecto a su compañero. En ese sentido, se muestra optimista y confía en poder alcanzarlo:
“En la calificación estaba luchando por la pole al final, y eso fue una buena noticia. Teniendo en cuenta la falta de sensaciones óptimas que todavía tengo, fue una buena noticia poder dar un par de vueltas muy fuertes. Todavía tengo que trabajar en la puesta a punto, trabajar en entender el auto, en estos tres días analicé todo con mis muchachos. No creo que todo sea perfecto en el transcurso de un fin de semana, es un poco como el año pasado, poco a poco lo lograremos».
Todo parece apuntar a que la potencia del motor Ferrari y las largas rectas de Jeddah serán la combinación perfecta para la consolidación de la Scuderia.