La triste realidad de nuestros días, se hizo presente en el mundo de la Fórmula 1. Un deporte notorio por la presencia de marcas de primer orden a nivel internacional. Marquesina de lo más avanzado de la tecnología, de las comunicaciones y de la capacidad de organización para un evento excepcional.
Contar con una fecha de Gran Premio F1 brinda a los países organizadores un nivel de exposición solo comparable al de la organización de una copa mundial de Fútbol o de unos juegos olímpicos.
El frágil escaparate se rompió el viernes pasado, con una enorme columna de humo que anunciaba una conflagración de consideración. Pocos minutos después se confirmaba el ataque por medio de misiles a una de las instalaciones de la petrolera estatal Aramco. Coincidentemente, también uno de los patrocinadores más importantes de la Fórmula Uno.
La crónica de lo que sucedió posterior a la noticia merece un espacio aparte. La cancelación del evento rondó por muchas horas como una posibilidad real.
A consecuencia del hecho, muchas voces voltean a la razón principal de que la F1 se haya visto confrontada con este problema: ¿Por qué se corre en un país en guerra, con un pésimo récord de respeto a los derechos humanos?
Stefano Domenicali, CEO de la Fórmula 1, tiene una labor muy dura por delante. Los compromisos comerciales y el aporte económico del Reino Saudí a la FOM son enormes. Tan enormes que pensar que su cancelación sea posible es iluso.
Por otro lado, lo sucedido el pasado fin de semana, ha abierto un flanco a las críticas internacionales y de voces dentro de la misma organización.
Para el Ex Ferrari el dilema es muy complicado:
“No estamos ciegos, pero no podemos olvidar una cosa: que este país, a través de la F1 y de nuestro deporte, está dando un enorme paso al frente.
No puedes pretender el cambiar una cultura milenaria en un abrir y cerrar de ojos. Los recursos que ellos están invirtiendo para progresar son enormes y todos los podemos ver”.
Ciertamente, el Reino de Saudi Arabia, tán reclusivo en el pasado, está dando sus primeros pasos para integrarse al mundo moderno. Las imágenes que muchos vimos durante la transmisión del GP pudieron ser las primeras que tenemos en vivo desde una ciudad dentro de la península arábiga.
Y por ello Domenicali se esfuerza en presentar su punto:
“No olviden que, apenas un par de años atrás, las mujeres no podían manejar, y ahora pueden estar en la parrilla de salida, apoyando a los muchachos. Están asistiendo a fiestas, están viendo el deporte. Están cambiando mucho y haciendo los cambios en sus leyes para que esto pase.
Creo que jugamos un papel muy importante en la modernización del país. Y hemos puesto estos cambios en el centro de nuestra agenda.”
Al presentarse la pregunta de que si futuro del GP de Arabia Saudí estaba en duda, de manera enfática subrayó:
“No hay ninguna duda, ningún signo de interrogación, sólo es cuestión de entender la situación. Y por supuesto, nos aseguraremos de que nunca pongamos en riesgo la seguridad de nuestra gente”.
Hay momentos en que la frase “El dinero es el Rey”, se vuelve más contundente que nunca.