El Gran Premio de Australia ha dejado a los pilotos de Ferrari en polos opuestos de la balanza.
Por un lado Charles Leclerc que ha sabido aprovechar la marejada y montarse en la cresta de la ola. Y a un claramente decepcionado Carlos Sainz, muy lejos de lo que se pensaba en pretemporada.
El piloto madrileño no pudo ocultar su desazón por el amargo fin de semana en Melbourne.
@F1
Parece no encontrar ese giro de tuerca que lo ponga en sincronía con la brutal dinámica que muestra la escuadra de Maranello:
“Tuvimos un problema con el volante, similar al que tuvimos ayer. Hubo un par de botones que no estaban funcionando. Tuvimos que cambiar el volante, eso significó que no estuvo bien posicionado para el arranque.
Tuvimos problemas que nos liaron el clutch y el torque. Por ello estaba en desventaja y traté de compensar los lugares en las primeras tres vueltas.
Claramente cometí un error cuando los neumáticos no estaban listos para empezar los sobrepasos, no sopesé el agarre y cometí un error que me costó el retiro».
Sainz está plenamente consciente de las prestaciones del F1-75, pero aún no lo consigue esa armonía de la temporada pasada. Así mismo remarca el desface que existe con el equipo y que la sinergia no ha ejercido la presencia esperada:
“No lo hice perfectamente este fin de semana, no fuimos perfectos como equipo. Necesitamos analizar lo que hicimos mal y ver como regresaremos mejores.
En el peor escenario este auto estuvo para el top 4, un buen regreso. Sin contar los pormenores de ayer, los de hoy, debimos haber luchado por la victoria.
Haberme ido sin puntos es muy decepcionante y como lo comenté, ocupamos perfeccionarnos como equipo y este fin de semana, claramente no lo fuimos.”
Aún hay tiempo para que Carlos se recupere de este inicio que no fue el soñado. El trecho aún es largo y esperemos que más temprano que tarde, Sainz encuentre ese ingrediente que le falta para equiparar el rendimiento de su coequipero.
Personalmente, considero que el telar de talento de Sainz, tiene mucho de donde cortar. El problema es que el reloj avanza y la picadora de carne no perdona.
