Lewis Hamilton está 29 puntos detrás de Charles Leclerc en la tabla de posiciones para el campeonato mundial de pilotos. Muchos dirán que esa cifra no es nada comparado con el año pasado, y que tampoco es la más grande que se ha superado en la historia de la F1.
Y es verdad. Sebastian Vettel superó un déficit de 44 puntos detrás de Fernando Alonso para ganar el mundial del 2012. Sin embargo, había una diferencia fundamental: el Red Bull RB08 fue siempre un segundo por vuelta más rápido que el Ferrari de Alonso desde la primera carrera.
George Russell, el piloto de Mercedes más rápido en Arabia Saudí, estuvo a un poco menos de un segundo por detrás de Sergio Pérez. El ritmo de carrera del W13 tampoco ha sido capaz de mantenerse cerca de los primeros 4. De no haber existido el Safety Car en Bahréin ni en Jeddah, ambos autos plateados hubieran finalizado a más de medio minuto de la punta.
Las señales de alarma suenan por todas las estaciones en Brackley y Brixton. Por primera vez se escuchan rumores de que la planta de poder Mercedes ya no es la más poderosa en la parrilla. El auto brinca en todos los sectores de la pista, sobrevira en las curvas de media velocidad, se va de frente en las de baja y alta, no tiene tracción y la lista de dolencias sigue emergiendo en los medios.
¿Estará Mercedes vencido por primera vez en 9 años? ¿Es demasiado tarde para recomponer el 2022?
Varios personajes dentro y fuera del equipo expresaron sus puntos de vista en los días previos al inicio del GP de Australia.
Para Toto Wolff la situación que se les presenta es inusual, pero, sobre todo, incómoda:
“Hemos estado al frente por muchos años, ha sido muy divertido. Ahora es extremadamente doloroso no formar parte de la diversión ¡Y por un enorme margen, además!
Pero no vamos a dejar de luchar hasta que estemos nuevamente en la pelea. No es nada divertido. Es un ejercicio de humildad y nos va a dejar más fuertes al final”.
Su principal rival en los últimos dos años, Red Bull, en voz de Helmut Marko, hace eco de las palabras de Wolff y confía en que pronto estarán nuevamente en buena forma:
“Estoy plenamente convencido de que estarán de regreso al frente en cuanto resuelvan el problema del rebote aerodinámico. Lewis Hamilton está apenas a 9 puntos de Max Verstappen, eso no es nada”.
Respondiendo directamente sobre si pensaba que estábamos ante el fin de una era en la F1:
“No creo que este sea el fin de una era, cuando mucho estamos hablando de que estamos peleando en igualdad de condiciones.
Hay que distinguir entre lo que pasó antes y ahora. Después del 2013 todo cambió por las nuevas reglas de motores, y Mercedes tuvo un enorme dominio en ese campo. Ellos estaban 2 segundos por delante de todos.
Ahora, con el cambio de reglas de chasis y de motores, las diferencias no son tan grandes. Mercedes no solo tiene que abrir la llave y obtener más rendimiento. Pero el equipo tiene muy buenas bases y tiene excelente gente en el área de chasis”.
Finalmente, Andrew Shovlin, directamente responsable del desarrollo en pista del W13, ofrece la perspectiva más cercana a la realidad. Admite que el equipo tiene mucho por hacer:
“No nos hacemos ninguna ilusión, la diferencia con la punta ha sido en Jeddah más grande aún de lo que era en Bahréin. Debemos buscar mucho en la clasificación y también en las tandas largas si es que queremos poner cara a Ferrari y a Red Bull.”
Al preguntarle directamente cuál era la principal dolencia de su coche, Shovlin ofreció un punto de vista más general:
“Hay varias razones pero, fundamentalmente, no entendemos el coche también como lo hacíamos el año pasado, sólo hemos tenido dos carreras con él. Así que estamos siempre explorando los ajustes del auto con Lewis, buscando una dirección que nos brinde el rendimiento óptimo. Como nos pasó en la calificación, nos fuimos largos en la exploración y ahí el resultado”.
La última frase es la que nos brinda un poco más de pistas sobre lo que podremos esperar de este equipo en las próximas competencias:
“Esencialmente, nuestro problema es que el auto no es lo suficientemente rápido. Eso nos empuja a arriesgar más y nos pone en riesgo, como con Hamilton. Así que tenemos que hacer el auto más rápido tan pronto como sea posible”.
La historia de la Máxima Categoría nos da una lección muy clara: es posible buscar soluciones para un coche nervioso; nuevas piezas para uno frágil; más trabajo aerodinámico para uno con problemas de balance. Pero nunca ha existido misericordia para el auto que nace lento.
Es definitivamente pronto para ejercer un juicio definitivo y, ciertamente, hay ejemplos que pueden ofrecer cierto confort a los seguidores de las flechas plateadas.
Lo único que queda claro hasta el momento es: Bienvenida sea la paridad y que la dominación de un solo equipo se ha conjurado por otro afortunado año de Fórmula 1.