El viernes dramático para Mercedes dejó una imagen muy poco vista durante todos estos años en la estructura alemana. Con ambos autos fuera en la Q3, las cámaras de la retransmisión oficial enfocaron a Lewis Hamilton y Toto Wolff teniendo una «conversación» aparentemente subida de tono.
Por un lado, el heptacampeón sin retirarse el casco, interpretado como un símbolo de frustración típico de los pilotos ante situaciones adversas. Después, las imágenes delataron a Wolff muy disconforme por todo lo visto en un viernes donde el rendimiento y la lluvia los dejaron sin oportunidades.
Al no haberse filtrado dicha conversación, las preguntas no tardaron en llegar, y la televisión británica les preguntó a ambos acerca de lo visto. Hamilton de forma muy diplomática lo dejó como «Asuntos Internos».
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Wolff pone paños fríos al asunto aclarando que no hubo tensión entre ambos durante esos instantes, catalogándolo como un desahogo por ambas partes:
«No hubo ningún desacuerdo en absoluto. No hay nada más cerca, como nosotros dos. Simplemente estábamos muy enfadados por la sesión en general. Él se desahogó conmigo y yo con él»
De lo poco que se puede extraer de los comentarios de Toto, se entiende que el conflicto no es entre ellos. Sino que es una situación de impotencia al no poder hacer nada por todo lo ocurrido durante el trascurso de la clasificación de viernes.
Incluso las mejores familias tienen problemas, y la familia Mercedes tuvo sonrisas durante 7 años por todos los títulos cosechados. Con ambos pilotos fuera del top 10 en la Sprint del sábado, los alemanes no tienen un buen presagio para lo que queda de este fin de semana en Imola.
La relación Hamilton-Wolff es tan fuerte como lo fue siempre, de acuerdo a las declaraciones del jefe de Mercedes. Pero una temporada tan dura como lo esta siendo este 2022 pone a prueba a toda la estructura.
