Un muy fuerte resultado obtenido el día sábado considerando lo competitivos que los Ferrari se habían mostrado el viernes. Pero la decepción no se hizo esperar y apenas en la mitad de la primera vuelta todo se empezó a derrumbar para la Scuderia. El más sacudido, tanto física como psicológicamente, fue Carlos Sainz.
El monoplaza número 55 salió sin control de la pista en la pequeña recta antes del complejo de la cuchara, golpeó contra el muro y rebotó para quedar peligrosamente expuesto sobre el trazado.
Dos o tres bólidos pasaron a escasos centímetros de la punta del Ferrari, sólo la gracia impidió que no ocurriera una tragedia. La visibilidad era nula, así lo comentó el español:
«Traté de salir de la estela de Pérez y me encontré un enorme charco, tuve acuaplaneo y ya no pude hacer nada.
En ese momento mi única preocupación era que nadie me fuera a pegar. Estaba en una posición muy peligrosa en medio de la pista y sabía que los demás no me podían ver. Afortunadamente para todos nada de consideración pasó hoy».
La cámara a bordo de los autos que circulaban por detrás del español es dramática. Para empezar Esteban Ocon circulaba justo detrás del Ferrari. El bólido rojo se detuvo apenas un metro antes de golpear la parte trasera del Alpine.
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En el caso de Lewis Hamilton, es todavía más dramático. El británico, cegado por la estela del francés, pasó a muy escasos centímetros del monocasco del auto accidentado. Un golpe de costado a más de 200 km/h es una pesadilla que no queremos ni imaginar.
Dos paneles publicitarios se desprendieron por el accidente y fueron la segunda instancia de altísimo riesgo, varios autos pasaron sobre ellos. Finalmente, el AlphaTauri de Pierre Gasly se trabó con uno de ellos y, quedándose atascados sobre su morro, bloqueaba toda su visión.
El joven piloto hizo gala de excelente memoria al conducir a ciegas por medio circuito con sólo las referencias laterales para poder llegar a los pits.
En ese momento, la proverbial eficiencia de los japoneses jugó en su contra. En cuestión de minutos, y en contraste con los asistentes de pista en Monza, ya se disponían a retirar el auto de Sainz de la pista.
El pelotón ya para entonces circulaba por detrás del Auto de Seguridad. Sin embargo, los pilotos serpenteaban de un costado a otro de la pista tratando de no perder temperatura en los neumáticos.
Un auto grúa, de exactamente el mismo modelo que ocasionó la muerte de Jules Bianchi años atrás, circulaba en el borde del trazado por esos instantes.
La sorpresa y la furia de varios pilotos no se hizo esperar, y casi todos se expresaron con vehemencia sobre el incidente. Incluso Sergio Pérez sobre la radio comentó:
“¿Qué no estaba claro que no queríamos ver, nunca más, una grúa en la pista?».
El video de la cámara del auto de Sainz, aún transmitiendo a pesar de estar apagado, mostró en seguida un hecho escalofriante. Un oficial de pista tensaba la cuerda que controlaba el cabeceo del F1-75 que flotaba sostenido por el brazo mecánico. El oficial estaba completamente dentro de la pista a un metro por delante del monoplaza.
Una fugaz mancha blanca pasa apenas por detrás del visiblemente sorprendido oficial de pista. Sólo la gracia impidió otra desgracia.
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Esa mancha era el AT03 de Gasly quién, después de parar en los fosos, se dirigía a toda velocidad buscando alcanzar al pelotón. El francés, ya molesto por el incidente con los anuncios, ahora estalló colérico por la radio:
“¿Qué hace este tractor en la pista? ¡He pasado junto a él! ¡Esto es inaceptable! ¡Hay que recordar lo que ha pasado! ¡No puedo creer esto!”.
Más de un piloto criticó la decisión de sacar la grúa cuando todavía se circulaba sobre el trazado, incluso a una velocidad reducida. Precisamente porque, ante las condiciones en pista, un error era más que posible, incluso a 100 Km/h.
Ya después de descender de su vehículo, Gasly arremetió contra los comisarios de la FIA, y aunque no pudo entrar a su oficina, se hizo oír por todos los medios presentes:
«Perdimos a Jules Bianchi hace ocho años en condiciones similares, con una grúa en la grava de la pista. No entiendo cómo ocho años después, en una situación parecida, podemos seguir viendo una grúa, ni siquiera en la grava, sino en la trazada.
No es respetuoso con Jules, ni con su familia o con sus seres queridos, ni con nosotros. Fue algo dramático, y creo que ese día aprendimos que no queremos ver ningún tipo de grúa en esas condiciones.
Si hubiera perdido el coche de forma similar a como lo hizo Carlos en la vuelta anterior, que iba a 200 km/h, pero no es el tema, incluso a 100 km/h, si lo hubiera perdido y hubiera chocado contra una grúa de 12 toneladas, ahora estaría muerto”.
Lo irónico del incidente es que Gasly fue reprendido y penalizado. Fundamentalmente en la base de que circulaba a más de 200 km/h en condiciones de Bandera Roja.
La FIA, más allá del castigo al francés, emitió un comunicado posteriormente a manera de abordar el incidente y prometió una investigación a fondo de todo el suceso.
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A la letra el comunicado expresó que todo lo realizado por los comisarios estuvo apegado a reglamento:
«Aunque es algo normal para recuperar los monoplazas en condiciones de coche de seguridad y bandera roja, debido a las circunstancias particulares y también teniendo en cuenta los comentarios de los pilotos, la FIA ha puesto en marcha una investigación exhaustiva de los acontecimientos relacionados con el despliegue de vehículos de extracción durante el GP de Japón.
Eso forma parte de la práctica habitual de informar y analizar todos los incidentes de carrera para garantizar la mejora continua de los procesos y procedimientos»
La investigación se centrará en el hecho de que la Dirección de Carrera debe, siempre, autorizar o no el uso de vehículos de auxilio dentro del perímetro del circuito.
Por ahora, el fantasma de la tragedia flotó en Suzuka, solo una fuerza invisible, o la buena fortuna, impidió que la desgracia opacara las celebraciones del Gran Premio.
Un moderno pensador dijo hace unos años:
‘Dicen que nadie se tropieza dos veces con la misma piedra. Pero, ¿saben?, el ser humano, en su conjunto, se vuelve a tropezar, y se vuelve a tropezar, cada una o dos generaciones de la misma forma’.
Su máxima quedó inmortalizada de manera sencilla:
“Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo”.
George Santayana
