Durante la Q3 del Grand Premio de Sao Paulo, George Russell, quien realizaba su segundo intento, terminó en la grava. Esto imposibilitó la mejora de los tiempos de los demás pilotos, otorgándole a Magnussen su primera Pole en la Máxima Categoría para el Sprint del día sábado. Derivado de esto, la disputa entre sancionar o no, a cualquier piloto que ocasione banderas amarillas o rojas se hizo presente nuevamente.
Y es que basta con recordar algunos antecedentes como el de Sergio Pérez en el GP de Mónaco de este año. La Pole, también en Mónaco, de la temporada anterior que se adjudicara Charles Leclerc. O la polémica situación entre Alonso y Schumacher del 2006 en el mismo escenario, para entender el por qué seguimos con el eterno debate.
Si bien es cierto que todos los pilotos se encuentran expuestos a causar interrupciones durante las sesiones de clasificación, ninguno quiere romper el auto en la vuelta que determinará su lugar en la parrilla para el domingo.
También hay que decir que no podemos meter las manos al fuego por ninguno de ellos. Todos son sumamente profesionales, pero son aún más competitivos. Todos, absolutamente todos, quieren ganar. Y cualquier ventaja es bienvenida.
Acerca de esto se le cuestionó a Carlos Sainz, quien deja clara su postura:
“Sin decir si fue a propósito o no, creo que entre los pilotos tenemos una opinión de que, si hay una bandera amarilla o roja, intencional o no, debería hacerse algo con ese piloto, porque compromete al resto, incluso si ha sido queriendo o no.
“Deberías recibir una penalización por eso si es intencional, porque de lo contrario, todos vamos a jugar con eso. Hemos visto cosas así en los últimos años y se ha reflejado en los medios de comunicación”.
Acerca de las reuniones que se llevan a cabo entre los protagonistas de la parrilla, en las que se tratan temas de importancia y retroalimentación, Sainz comentó que dicha situación ya ha sido comentada sin llegar a nada en concreto:
«Creo que es algo que debemos discutir. Lo hemos hecho en algunas ocasiones, pero no hemos llegado a una conclusión. El año que viene debería hacerse.
No hemos hablado mucho de ello. Creo que desde Mónaco. Fue la última carrera en la que ocurrió algo así. No sé si algunos pilotos lo sacarán a relucir en la reunión de mañana o no”.
A falta de la última carrera del calendario, todo parece indicar que tendremos que esperar hasta el próximo año para saber si la postura de los pilotos será considerada. O si la FIA seguirá apostando por el espectáculo y los resultados sorpresivos.