$7 millones de dólares y una reducción del 10% en su desarrollo aerodinámico durante los próximos 12 meses, suena a poco quizá. Sin embargo, para Christian Horner todo castigo es excesivo.
El último drama de la Fórmula 1 inició durante el fin de semana del Gran Premio de Singapur. Cuando surgieron los primeros rumores de que Red Bull había superado el límite de presupuesto.
Horner entonces, respondía enfáticamente a las acusaciones cuando se hicieron por primera vez, y también criticó a los rivales por ‘difamar abiertamente’ a su equipo aun cuando la FIA no se había pronunciado al respecto
Red Bull solo supo oficialmente de que había superado el límite de costos el domingo del Gran Premio de Japón. Apenas unos minutos después de que Max Verstappen lograra su segundo título mundial.
Al día siguiente la federación daba a conocer que tanto Aston Martin como Red Bull habían cometido faltas procedimentales y, que en el caso del equipo austriaco, se había encontrado una falta menor al límite presupuestario del 2021.
Los ataques de los equipos competidores no se hicieron esperar y hubo varios personajes que no se guardaron comentario alguno al respecto.
Especialmente, Zak Brown, CEO de McLaren escribió al presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, y al presidente de la F1, Stefano Domenicali, para enfatizar que cualquier posible incumplimiento del límite de costos ‘sería una trampa’, algo contra lo que Horner respondió ferozmente en Austin.
Reflexionando sobre todo lo ocurrido, ya en México, Horner dijo que esperaba una acción de seguimiento para investigar por qué se habían filtrado las noticias de la infracción de Red Bull.
«Las acusaciones hechas en Singapur fueron extremadamente duras y afectaron a cada miembro del personal, a todos nuestros socios y a todos los involucrados en Red Bull.
Obviamente, cualquier forma de fuga de información es muy preocupante. Es algo que esperamos que se le dé seguimiento».
Evidentemente Horner cambió su actitud combativa una vez que la federación dio a conocer los detalles del incumplimiento de su equipo.. El inglés, sin embargo, no doblegó su postura, aunque sí cuidó más su discurso:
«Asumimos que hay lecciones que aprender. Se han cometido errores potenciales en nuestra presentación, y que a toro pasado ya con la imagen completa, ahora todos son expertos.
Pero la verdad, no hubo intención, no hicimos nada deshonesto, y ciertamente no hicimos trampa alguna, como se ha dicho en ciertos sectores. Así que no siento que debamos disculparnos».
Incluso se dió tiempo de jugar la carta del abuso público que todos en Red Bull enfrentaron en los días pasados:
«Creo que se han aprendido lecciones. Todos pueden aprender de esto. Hemos recibido nuestra golpiza en público. Hemos recibido un buen linchamiento, mucho gracias a las acusaciones que han hecho otros equipos.
Nuestros pilotos han sido abucheados en los circuitos. Y el daño a la reputación que han causado las denuncias ha sido significativo. Ha llegado el momento de que eso se detenga».
Como sea, al fin y al cabo, la memoria en la máxima categoría es muy corta, y tras unos 6 meses todo este episodio no será recordado más que por aquellos encargados del análisis técnico. Ellos tendrán a bien recordarnos que ‘Red Bull está consiguiendo grandes resultados a pesar de las penalizaciones en el desarrollo aerodinámico’.
Al tiempo, la realidad es que la FIA podrá imponer todas las restricciones a Adrian Newey, pero el genio del inglés, podrá superarlas todas.