Lewis Hamilton llegó a Mercedes de una forma muy especial y a la vez arriesgada. La marca alemana regresó a la Formula 1 tras la adquisición de Brawn GP. Como pilotos y a su vez fichajes, Nico Rosberg, la joven promesa alemana, y Michael Schumacher, que volvió a los mandos de un monoplaza tras retirarse al final de 2006.
En dos años solo lograron un podio, y ‘mágicamente’, en 2012, Nico Rosberg consiguió la primera victoria de Mercedes desde 1955. Mágico porque los precedentes no eran buenos para su consecución, dos carreras de Rosberg fuera de los puntos y dos DNF’s de Schumacher.
En cuanto a puntos, 2012 fue la peor temporada de las tres primeras pese a haber logrado la victoria y dos podios. Todo ello por los abundantes abandonos y posiciones fuera del top 10. Habría que investigar qué ocurrió en cada carrera, pero las estadísticas están ahí.
Pese a ser un mal año para los alemanes, Ross Brawn fue lo suficientemente listo para persuadir a Lewis Hamilton de dejar McLaren y entrar en Mercedes en 2013. Parte de la convención fue que el coche sería mucho mejor en 2014 con la entrada de la era híbrida.
Finalmente, Hamilton fichó en 2013, logrando cuatro podios y una nueva victoria. La vida le sonreía al británico, pero no sabía aún la ‘bestia’ que podría construir Mercedes en 2014.
La historia dice que pese a ser un movimiento arriesgado, fue el mejor que un piloto pudo hacer en la historia. Pero el movimiento de Mercedes también fue ejemplar al optar por Hamilton y recibir negativas de otros pilotos campeones del mundo.
El británico tiene 38 años y por edad podría decirse que se acercan sus últimos días como piloto de máximo nivel, pero ejemplos como Fernando Alonso o Kimi Räikkönen alejan esa idea de la relación entre edad y rendimiento en la Fórmula 1:
«Sigo sintiéndome como en casa. Es una familia. Me veo con Mercedes hasta el fin de los días, para ser sincero».
Desde que fichó por Mercedes y con la serie de éxitos que lograron juntos, Hamilton no ve otro lugar mejor al que ir pese a estar lejos de regresar al nivel abusivo que tuvieron desde 2014 hasta 2020. Omitiendo la entrada en el juego de Red Bull en 2021 en el que el coche seguía siendo de los mejores, si no el mejor. La familia que ha construido en Mercedes no se la podrán arrebatar nunca:
“Tengo unos aliados increíbles en el equipo. Tengo grandes relaciones aquí.
Creo que, para mí, personalmente, siempre y cuando pueda seguir ayudando al equipo, siempre y cuando pueda seguir ayudando a impulsar la escudería hacia adelante y realmente contribuir, me querré quedar».
Sin embargo, la realidad apunta a una retirada en cualquier momento. Puede que sea el año que viene o dentro de cuatro, quién sabe. Además, poco a poco llegan nuevos talentos a la Fórmula 1 que pisan fuerte nada más subirse a un auto F1. Lo que ya es menos común es ver que entran directamente a un equipo capaz de ganar ambos mundiales, como fue el caso de Hamilton en 2007:
«Si llega un momento en el que siento que no puedo hacerlo, entonces será el momento de que una joven promesa ocupe mi puesto. Pero aún soy bastante joven y estoy en buena forma».
¿Conseguirá Mercedes volver a la senda de la victoria durante esta temporada y poder luchar por el mundial de cara a 2024? O ¿veremos como antaño una carrera en la que dominan y consiguen la victoria? Pase lo que pase, la confianza en el equipo Mercedes es absoluta por parte de Hamilton.