Luego de una de las mejores Clasificaciones en años dentro de la Fórmula 1 en los muros del Principado, la carrera resultó ser algo que muchos esperábamos.
El sólo hecho de tener a los dos Red Bull en exactamente los polos opuestos de la parrilla de salida, ponía las cosas interesantes antes de ver la bandera verde. Pero también porque un auto de ese mismo color se colocó en la primera fila, en una posición que consiguió no sin antes darnos fuertes emociones directamente al corazón.
Así, y luego del tradicional desfile lleno de glamour con coches que todo el mundo quisiera poder ver en vivo, el GP de Mónaco cobraba vida. Muchas incógnitas al respecto de si las calles de Montecarlo se llenarían de agua, ponían las cosas más tensas aún. Tanto los pilotos como los equipos parecían nerviosos.
Y con todo esto, los semáforos se apagaron. Max Verstappen, que salía desde la Pole Position, trataba con uñas y dientes mantener la posición que, estadísticamente, es la más propensa a entregar una victoria.
Pero Fernando Alonso, con las buenas salidas a las que nos tiene acostumbrados, probaba suerte para batir al neerlandés en los primeros volantazos de la carrera. Atrás, Esteban Ocon, con una de las mejores clasificaciones del equipo Alpine, ponía lo suyo para agregar la tensión de la arrancada.
El Ferrari de Carlos Sainz trataba de abrirse paso entre los muros y el auto azul, sin embargo, las estrellas calles impedían que los autos se colocaran rueda a rueda.
Una salida limpia en general, a excepción que tuvo Lance Stroll con el muro y Nico Hülkenberg con Logan Sargeant en el punto de frenada.
Sergio Pérez, muy cauto, se quedó en la misma posición, sabiendo que su estrategia de arrancar con medios para cambiar a duros en la vuelta 3 era para buscar terminar la carrera. Con aire limpio, el mexicano conseguía hacer vueltas rápidas consecutivamente, mientras que Max se alejaba de Alonso.
Esteban comenzaba a detener al pelotón detrás de los líderes, perdiendo mucho tiempo por vuelta. Pero siendo presionado, y defendiéndose con todo para mantener su posición. Llegamos a la vuelta 11, y Sainz se iba muy profundo hasta tocarse con el francés en la curva 10. Rompió su endplate y afectó su posición.
Un repentino mal crono del asturiano y su posterior comunicación por radio puso a todo Aston Martin en tensión. Y a nosotros con los nervios de punta. Pero al final fue una falsa alarma y el AMR23 demuestra que es un tanque en cuanto a resistencia.
Nos pasamos directo a la vuelta 18. Kevin Magnussen pasaba a Sargeant para dejar el espacio de que lo hicieran Stroll y Pérez. Vueltas más tarde, el juego de Ferrari con la amenaza de llamar a boxes al español y presionar a Alpine comenzaba. Así se repitió en la vuelta 29. Pero los de Maranello cayeron en su propio juego.
Ocon entraba primero para defenderse del undercut. La Scuderia reaccionaba a pesar de la petición del español de quedarse en pista. Por supuesto, las cosas resultaron mal para los italianos, y muy bien para los franceses.
El fin de semana en general no fue fácil para el mexicano. Tuvo un toque con Magnussen cuando peleaban por posición, rompiendo el alerón. Luego tuvo que devolver el puesto a Stroll, a quien adelantó por fuera de la chicana después del toque del Aston Martin. Se investigó, pero no hubo sanción. Luego una mala elección de gomas para lluvia. Al final, terminó muy lejos de los puntos.
Todo parecía apuntar a que seguiríamos viendo una procesión. Pero los radios de las previsiones de lluvia al final se cumplieron. Las decisiones estratégicas fueron importantísimas, puesto que había que elegir los neumáticos correctos.
Algo que no pudieron hacer con Fernando Alonso. Montaron los medios en lugar de los Intermedios vueltas antes de que lo hiciera Verstappen. Ahí desperdiciaron la oportunidad de salir por delante del neerlandés.
Alonso tuvo que hacer una parada adicional y, aunque mantuvo la posición, nada más pudo hacer. El mejor resultado para el equipo de Silverstone en la temporada, al igual que el de Esteban Ocon, que se sube al podio en tercer puesto aguantando a Lewis Hamilton por más de 20 vueltas.
Mal fin de semana para Yuki Tsunoda, pero no por su rendimiento, sino porque el auto decidió que no seguiría debido a un problema de frenos. Alfa Romeo y Haas tampoco las tuvieron en Mónaco, perdiendo puestos en las estrategias y con un ritmo bastante regular.
Verstappen se queda con la victoria y se afianza un poco más en el liderato del campeonato de pilotos, sumando 7 victorias consecutivas de Red Bull.
Una carrera que la lluvia convulsionó en la segunda parte que nos hizo disfrutar lo que significa el GP de Mónaco. Es el lugar donde todos quieren ganar, y en la que es raro no tener ningún Safety Car.
La próxima semana llegamos al GP de España, donde veremos al fin si las actualizaciones han funcionado como se esperaba.