Para el GP de Mónaco, todos sabemos lo importante que es hacer una buena Clasificación, puesto que la pista y los autos de este año complican hasta niveles casi imposibles los adelantamientos.
Pero también todos sabemos que, en el trazado entre muros del Principado, cualquier cosa puede suceder. El turno fue para Sergio Pérez que, durante su segunda vuelta en la Q1, no pudo controlar su RB19, rompiendo su parte trasera izquierda en la curva Saint Devote.
La Bandera Roja se desplegó de inmediato, porque los daños fueron considerables en el monoplaza. Visiblemente frustrado, el mexicano considera que mañana será una carrera extremadamente complicada:
“Ha sido un día increíble. No puedo creer lo que he hecho. La parte trasera me ha tomado por sorpresa. Perdí el auto muy tarde en la curva y no pude hacer ya nada.
Estaba intentando sacar el tiempo, descubriendo los límites del auto poco a poco, pero ahí me pasé y terminé siendo un pasajero. No hubo nada más que pudiera hacer. Tampoco pude cortar la curva o salir de allí para evitarlo”.
Los minutos pasaban y los autos conseguían mejorar cada vez más sus tiempos, por lo que Checo se tuvo que conformar con el último puesto de la parrilla de salida. Una situación que parece casi imposible de mejorar el domingo, ni siquiera pensar en un resultado con puntos.
“Debí haberlo hecho mejor hoy. El que haya quedado al último es una sorpresa, pero no es una excusa. Todo lo que puedo decir ahora es que lo siento mucho por mi equipo, porque pones tanta energía y trabajo preparando todo, y luego decepcionas a todo el mundo con un error de ese tamaño.
Estoy súper frustrado y decepcionado conmigo mismo, y se que mañana va a ser una carrera imposible”.
El jefe del equipo, Christian Horner, trataba de entender si Checo se había distraído con el Alpine que venía saliendo de los pits, pero Pérez ha sido claro en que el error es simplemente suyo:
“No, eso no es así. A veces sí te distraes, pero simplemente me sorprendió el hecho de que acabé perdiendo la trasera bastante tarde en la curva”.
En cuanto a sus aspiraciones por mantenerse vigente en la pelea del campeonato de pilotos, también es un cubetazo de agua fría el que Max Verstappen se quedara con la Pole Position. El neerlandés tiene la mejor oportunidad hasta ahora para reivindicarse en Montecarlo:
“Sabía que hoy tendríamos opciones de conseguir la Pole, pero no he estado a mi nivel. Así que por eso estoy aquí, saliendo desde atrás, y hablando ahora con ustedes. Bien por Max, hizo un buen trabajo”.
Al mencionarle si existe alguna posibilidad de hacer algo con la estrategia que le beneficie en posiciones, Checo ha dejado claro que la probabilidad es casi nula:
“No lo creo. La verdad es que considero que mañana va a ser una verdadera pesadilla. Estamos esperando una carrera muy difícil. Porque hagas lo que hagas, la gente siempre se cubre, por lo que terminas más o menos en la misma posición”.
Quizá la lluvia pudiera ayudarle un poco al piloto mexicano, si es que aparece, pero lo cierto es que sus posibilidades de conseguir, aunque sea un punto, son extremadamente lejanas.