Llegamos a Monza. Hogar del clásico GP de Italia del campeonato mundial de Fórmula 1. Este fin de semana se celebrará una nueva ronda del calendario de 2023.
Monza es un circuito clave en la historia de la F1. Es el ejemplo fantástico de un circuito de alta velocidad. La lista de inolvidables victorias, como la Pierre Gasly en 2020 en media pandemia, y terribles accidentes, es muy larga, pero se combinan para hacer de éste un circuito mágico.
El trazado se caracteriza por el alto porcentaje en que los pilotos recorren con el acelerador a fondo, debido a las largas rectas. El piloto brasileño Rubens Barrichello marcó el récord actual en carrera en 2004, con un tiempo de 1:21,046.
Cabe destacar, que en este circuito se ha batido la velocidad máxima de un monoplaza en un Gran Premio. El registro es de 372,6 km/h y se logró durante los entrenamientos libres del GP de Italia de 2005. Este récord le pertenece al piloto colombiano Juan Pablo Montoya.
En 1922 se construyó el trazado original. El cual sería inaugurado oficialmente, el 3 de septiembre del mismo año. Inicialmente, se utilizó un terreno de 3,4 km², con una pista de 10 km de extensión. Se componía por una sección de circunvalación de 4,5 km y otra de 5,5 km transitando rutas. Siete días más tarde fue sede del segundo GP de Italia.
En 1928, el GP se vio empañado por el accidente más grave del deporte automovilístico italiano. Se perdió la vida del piloto Emilio Materassi y de 27 espectadores. Debido a esto, los siguientes Grandes Premios se vieron confinados a la sección del óvalo de velocidad, hasta 1932. Nuevamente sucedieron tres muertes en 1933. Por lo que se tomó la decisión de modificar el trazado agregando dos chicanes y desapareciendo las rectas más largas.
Entre los años 1938 y 1939 se realizaron grandes remodelaciones. El trazado resultante, con una extensión de 6,3 km, fue utilizado hasta 1954.
La Segunda Guerra Mundial provocó la suspensión de los grandes premios hasta el año de 1948. Sin embargo, no sería hasta cinco años después de la creación de la Fórmula 1, en 1955, cuando Monza sufriera el cambio total. El circuito tenía un recorrido de 5,75 km y una sección de 4,25 km de alta velocidad con curvas peraltadas.
Los Grandes Premios Italianos de 1955, 1956, 1960 y 1961 se realizaron en Monza. Pero la tragedia volvería a hacerse presente. En este último caso, con la muerte en un accidente de Wolfgang Von Trips y 11 espectadores. Esto hizo que se agregaran nuevas barreras de seguridad, y que la zona de reaprovisionamiento de combustible se alejara más de la pista.
Desde 1966, el circuito albergó carreras de automovilismo y motociclismo. Pero en ambos casos las altas velocidades que se alcanzaban llevaron al agregado de nuevas chicanes. En el año 1978 en la Fórmula 1, muere el piloto Ronnie Peterson.
Tras una accidentada salida, Peterson no pudo controlar su Lotus y terminó empotrado contra las barreras, prendiéndose fuego inmediatamente. Pese a que estaba atrapado, Hunt, Regazzoni y Depailler intentaron liberar al sueco antes de que sufriera más que ligeras quemaduras. Consiguieron sacarlo y lo dejaron, consciente, en medio de la pista, con sus piernas severamente lesionadas a la vista de todos.
Las nuevas tecnologías permitieron alcanzar más altas velocidades. Motivo por el cual, la pista se modificó sustancialmente en 1979. Se agregó una zona de pinos, zonas de escape y barreras cubiertas. La infraestructura fue mejorada en general, y se realizaron trabajos adicionales sobre la seguridad del circuito.
Durante los años 90, las tres curvas principales fueron «apretadas» para reducir velocidades, aumentando la extensión del trazado a 5,77 km.
En el año 2000 las dos primeras chicanes fueron removidas y reemplazadas por una sola chicane derecha-izquierda. Y la Curva Grande fue renovada y rebautizada como Curva del Biassono.
En su actual configuración, Monza es el circuito más rápido del Mundial. Y es un desafío para pilotos y equipos. La velocidad media supera los 250 km/h. En cuatro puntos diferentes se alcanzan los 330 km/h.
Precisamente por la longitud de sus rectas, los monoplazas ruedan en Monza con una configuración aerodinámica muy específica. Con tan poca carga aerodinámica como sea posible sin comprometer la estabilidad en las frenadas. El agarre se sacrifica para lograr una mayor velocidad.
Las largas rectas hacen que los motores estén sometidos a grandes esfuerzos, debido a que más del 75% de la vuelta se hace a fondo. Los frenos también sufren mucho con las fuertes frenadas. Otro punto importante son las suspensiones, ya que pasar por encima de los pianos en las chicanes y poder acelerar lo antes posible es esencial en este circuito.
Desde el GP de Italia de 2021, la curva Parabólica del circuito de Monza lleva el nombre de Michele Alboreto. Todo como homenaje a uno de los pilotos más queridos por los tifosi.
Una de las cosas que hace especial a Monza, es la ubicación del podio. Está situado justo encima de la línea de meta. Esto permite a los aficionados situarse justo por debajo de los tres primeros clasificados durante la ceremonia. Se toman imágenes inolvidables.
El trazado italiano incorporará dos zonas de DRS. La primera en la larga recta de meta, con zona de activación antes de entrar en la Parabólica (última curva del trazado). Mientras que la segunda se encuentra en la curva del Serraglio. Una recta con algo de curva entre la segunda curva Di Lesmo y la Variante Ascari. Su punto de detección estará precisamente entre las dos curvas Di Lesmo.
Para finalizar hay que mencionar que este fin de semana será especial porque se probará el peculiar sistema de clasificación impuesto por la FIA. Además de que Max Verstappen podría romper el récord de victorias consecutivas en F1.