En el día de hoy se han reunido el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan y Chase Carey, presidente ejecutivo de la F1
Hace ya casi 6 años que el gran circo dejo de visitar Turquía, y desde que lo hizo allá por el mes de mayo del 2011, en diversas ocasione se ha barajado la posibilidad de que el Otódromo de Estambul, también conocido como Istambul Park vuelva a acoger una cita del calendario.
Pero ahora, y con los nuevos jefes que rigen el deporte, parece que estos rumores pueden ser más fiables que nunca. A última hora de ayer, conocimos que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se había reunido con Chase Carey, en su palacio presidencial en la ciudad de Ankara.
En la misma reunión estuvieron presentes los responsables del circuito, el ministro de Educacion y Deportes turco y otras autoridades.
Una vez finalizada la reunión, el máximo responsable del Otódromo, Vural Ak, ha querido destacar que esta ha sido una primera toma de contacto, pero que tras esta había que mostrarse muy optimistas de cara a una futura vuelta del GP de Turquía al calendario de la máxima competición del automovilismo:
“En el día de hoy, hemos tenido una reunión en Ankara con el presidente del país y con Chase Carey de Liberty Media, a quien yo invité personalmente a visitar el país.
No puedo decir muchas cosas, pero sí puedo decir que las reuniones han ido muy bien y que llegamos a un principio de acuerdo. Aunque el contrato no está firmado y tenemos que seguir hablando.»
Recordemos que el GP de Turquía se celebró entre el 2005 y el 2011, y que el circuito fue expresamente construido para la llegada de la F1. Tanto el circuito como las instalaciones que lo rodean fueron proyectados por el arquitecto Hermann Tilke, y sin duda, su parte más característica es la famosa curva 8, un curvón de alta velocidad con cuatro ápices.
Me parece como menos curioso, que los nuevos dueños de esta «nueva» F1, se hayan fijado en el país turco, repitiendo una de esas cosas por la que tanto se criticó a Bernie Ecclestone, como era llevar el deporte a lugares tan poco democráticos. Pero no nos engañemos, ni mucho menos os dejéis alumbrar por esta presunta áurea de santidad que muchos le han querido adjudicar a la «santa trinidad» que ahora rige el deporte, Chase Carey , Ross Brawn y Sean Bratches. Estos buscan lo mismo que Bernie, ganar dinero, y el resto, poco les importa.
Ahora que es semana santa, que dios nos pille confesados.