Las dudas sobre la posible ilegalidad del motor Ferrari, fueron una constante durante la temporada pasada, especialmente tras reanudarse la competición, tras el parón veraniego. Fue innegable que el monoplaza de los de Maranello había dado un paso adelante importante en cuando a rendimiento. Esta mejora quedó clara el ver la teórica superioridad del monoplaza especialmente los sábados en calificación, en donde se llevaron las cinco poles de los cinco primeros Grandes Premios disputados y además, lograron subirse a lo más alto del podio en tres de estas citas.
Las dudas provenían especialmente de Mercedes y Red Bull. Existían diversas teorías sobre de donde podían venir estas mejoras. La primera de ellas, sería una recuperación extra de energía. Según especifica el reglamento sólo están permitido 120kW pero algunas fuentes apuntan a que el MGU-K del SF90 recuperaría 160kW.
Aunque la más «seria», habla sobre un flujo supuestamente ilegal durante las vueltas lentas, lo que les daría ese extra.
Por todo ello, diferentes equipos elevaron a la FIA un escrito para preguntar y pedir aclaraciones sobre la legalidad de algunos aspectos de diseño de ese motor. Red Bull incluso pidió una aclaración formal.
Durante ese tiempo, la FIA dijo por activa y pasiva que estaba monitorizando el motor italiano y no veían nada raro. Pero dos directivas técnicas emitidas unos días más tarde, no hacían más que alimentar todos estos rumores, pero a decir verdad, y tras constantes escrutinios e investigaciones no supimos nada de manera oficial. Aunque si es cierto, que a partir de la emisión de estas directivas, el bajón de rendimiento de los coches de rojo fue clara. ¿Casualidad?.
Ayer, y casi por sorpresa cuando estábamos enfrascados en la última jornada de test, tuvimos un nuevo capítulo en esta historia.
El máximo organismo del deporte, emitió un comunicado, en el cual anunciaba que tras una investigación, se había llegado a un acuerdo. Y que este acuerdo era secreto:
“La FIA anuncia que, después de exhaustivas investigaciones técnicas, ha concluido su análisis del funcionamiento de la unidad de potencia de la Scuderia Ferrari y llegó a un acuerdo con el equipo. Los detalles del acuerdo permanecerán en secreto entre las partes.»
La redacción de la declaración es intrigante, ya que la FIA no declara que fue lo que descubrió. De manera inmediata, las preguntas asaltaron las mentes de todo el mundo en el paddock. ¿Por qué secreto?, ¿El motor era legal, o no?
Hoy, y según el prestigioso periodista Michael Schmidt, hemos conocido que debido a las directrices de la FIA, los de Maranello se han visto obligados a tener que modificar su unidad de potencia para no incumplir estas directivas técnicas. Lo que ha obligado a los italianos a tener que modificar diversos elementos y además a contrarreloj. Se apunta a que esta sería la principal causa de los problemas de rendimiento que ha sufrido Ferrari durante la pretemporada 2020 en Barcelona.
Falta ver si algún equipo solicita una aclaración sobre este acuerdo, o precisamente con esto, se pretende pasar página de todo este turbio asunto.