La nueva normalidad del Gran Circo no es ajena a la del Mundo en general. Si bien es difícil armar una burbuja estacionaria, hay que ponerse a pensar en la complejidad que significa mover esa burbuja por diferentes circuitos.
Si bien este método de aislamiento y protección está siendo muy efectivo, en Rusia se marcó el récord de siete casos positivos por COVID-19. Las actualizaciones se realizan cada viernes, y en el comunicado, la FIA lo informó para clarificar el tema:
«La FIA y la Fórmula 1 pueden confirmar que entre el viernes 18 de septiembre y el jueves 24 de septiembre se han realizado 3.256 test de COVID-19 a pilotos, equipos y personal. De esos, siete personas dieron positivo. La FIA y la Fórmula 1 aportan esta información añadida con el propósito de garantizar la integridad y la transparencia de la competición».
Hay que remarcar que este fin de semana los controles fuero más estrictos. Complementando la medida adoptada en Mugello que mostró 3000 espectadores presentes, 25.000 personas dijeron presente en Sochi.
La burbuja y testeos se centraron en los periodistas, medios, ingenieros y todo protagonista en pista y pits. De todas formas, el público no fue testeado en el circuito, y tampoco presentaba distanciamiento recomendado por la FIA ni los barbijos tan comunes de estos días.
Ante estos casos, la federación aclaró que se hará cargo de los gastos de cuarentena y encierro de los casos positivos quienes no pudieron desarrollar su tarea normalmente. No obstante, los nombres no se revelarán para respetar la privacidad de las personas, medida que adopta la FIA hace tiempo. Los únicos casos informados con identificación son aquellos de altos cargos, como Sergio Pérez en Silverstone.
A pesar de todo, los equipos, directivos y pilotos pudieron trabajar normalmente, por lo que se sobreentiende que los positivos fueron parte del staff, prensa o ingenieros de la categoría.