Llegamos a la isla de Yas Marina para la última carrera de la temporada. La inercia de emociones de la semana pasada nos daba esperanza de ver un espectáculo digno. La emocionante clasificación sólo nos ponía en modo carrera con más entusiasmo. Pero esto es el GP de Abu Dhabi, y ha sido siempre así.
Los semáforos se apagaron por última vez, Max Verstappen consiguió una buena arrancada al igual que ambos Mercedes. Valtteri Bottas lo intentó, pero el holandés cerró bien las dos puertas para mantener su posición.
Lewis Hamilton tampoco pudo adelantar en los primeros metros, mientras que en la mitad de la parrilla las cosas se quedaron como arrancaron.
En la parte trasera de la grilla, Kevin Magnussen bloqueaba en su intento por frenar el adelantamiento de Sergio Pérez, quien prudentemente levantó para evitar el contacto con el danés.
De ahí, el mexicano comenzó su remontada con el objetivo de alcanzar puestos puntuables, lo que le daba a este GP un ápice de curiosidad y hasta de emoción.
Las siguientes 9 vueltas se fueron muy rápido a pesar del tiempo “lento” de esta pista larga. Ni siquiera la activación del DRS hizo que se vieran buenas maniobras en pista.
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La carrera prácticamente terminó ahí, porque luego de llegar a P15, el Racing Point de Checo dijo basta. El motor se murió de repente y le dio el punto final a todo. Con clara frustración y enojo, el piloto se bajó del auto que provocó el Virtual Safety Car, que luego se convirtió en Safety Car.
La mayoría de los equipos aprovecharon para entrar a boxes. La estrategia de una parada era clara para los autos de punta. Sólo quienes arrancaron con los compuestos duros se quedaron en pista, pero la ganancia de puestos no fue la esperada.
Las vueltas que siguieron no ofrecieron mucho. El medio de la parrilla fue lo que movió los cuadros de iniciales en las posiciones. Los Ferrari no pudieron hacer absolutamente nada. El ritmo de los de Maranello esta vez tampoco se vio.
Lance Stroll no pudo tampoco hacer nada para asegurar el tercer puesto del campeonato de constructores del equipo de su padre. Cuando Pérez abandonó, se esperaba que el canadiense se pusiera el equipo en la espalda. Al parecer, le pesa mucho. No vimos nada que indicara que siquiera lo intentara.
Aplausos para McLaren, que consiguió una carrera de libro, con sus dos autos en buenas posiciones, sumando suficientes puntos para coronarse como los mejores del resto en constructores, y una jugosa cantidad de dinero en premios, que sin duda les ayuda, y mucho.
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Otro detalle importante fue la buena actuación de Kimi Räikkönen, tomando en cuenta el coche que tiene, la carrera del finlandés fue muy buena.
Al final, los de siempre, no hay mucho que aportar ahí.
Gran Chelem para el holandés, y su segunda victoria esta temporada que le asegura el tercer puesto del campeonato, compartiendo el podio con los dos Mercedes, Bottas por delante de Hamilton.
Ha sido una carrera de despedidas. Daniel Ricciardo se va de Renault, Checo se va de Racing Point, que cambia nombre para la siguiente temporada. Sebastian Vettel deja Ferrari, ambos pilotos de Haas, Daniil Kvyat no tiene nada asegurado. También deja su cargo Chase Carey.
Así es como se despide una temporada atípica de la Fórmula 1, con la mira puesta ya en la siguiente, que nos traerá varios apellidos que le pondrán un poco de picante. Aquí estaremos, como siempre, y hasta el año que entra.
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