Como les informamos en Tercer Equipo, el arranque de temporada del piloto mexicano Sergio Pérez no fue miel sobre hojuelas. Después de un año muy complicado, donde salió adelante gracias a su determinación, el tapatío confirmó apenas en su primera carrera con el equipo Red Bull que tomaron la decisión correcta, al contratarlo para ser compañero de Max Verstappen.
Aunque Checo tiene ya diez temporadas en la Fórmula 1, no siempre se ha valorado su capacidad y su trabajo. Apenas hace unos meses se hablaba de quedar fuera de la máxima categoría.
Fue hasta ese momento que se levantaron algunos expertos a ‘defender’ al mexicano. Afortunadamente para él y para el deporte, Helmut Marko y Christian Horner vieron más allá y lo ficharon para el equipo de las bebidas energizantes. Obviamente pensando en reforzar a Red Bull para conseguir el campeonato de constructores.
La espera fue eterna para los aficionados, pero al fin el domingo pasado debutaría en el Gran Premio de Bahréin vestido de azul. La calificación se complicó y Pérez tenía que largar en once. Sin embargo, en la vuelta de formación se hizo realidad su peor pesadilla. El auto se apagó completamente. Parecía una broma del destino.
Pero fue en ese momento que Sergio Pérez mostró su madurez y pudo resolverlo. Algo que sorprendió al ingeniero en jefe Paul Monaghan:
“En la vuelta de formación empezó a tener algunas dificultades eléctricas. Hubo un recorte de energía que protege al auto. Todo estaba sin energía eléctrica y Checo tuvo la serenidad mental, como cuando tu portátil se estropea, lo apagas y lo vuelves a encender”.
RedBullRacing
Además, en el equipo están muy satisfechos con la forma en que el mexicano volvió a enfocarse para correr la carrera:
“El volante volvió a la vida, arrancó el motor, dio la vuelta, pasó por el pitlane. Tuvo que esperar a que todos los demás se formaran y comenzar el GP desde el pitlane.
Lo hizo de manera brillante. Se recuperó, no se frustró, no perdió la motivación, siguió adelante, recuperó en pista y sumó un montón de puntos para el equipo. Gracias a Dios por su cabeza fría. No teníamos comunicación por radio, no podíamos decirle que reiniciara el encendido y él lo hizo por nosotros”.
Al final Pérez tenía un ritmo similar al de los punteros, con lo que demuestra que de no haber largado desde los boxes, sus expectativas habrían sido muy diferentes. Por ello Monaghan asegura que el equipo se encargará de resolverlo:
“Lo rastrearemos y veremos qué ha sucedido. Lo arreglaremos y llegaremos a Imola y, con suerte, le daremos un viaje más suave”.
Este primer momento para Pérez en Bahréin podría haber parecido un tropiezo. Sin embargo, creo que resultó lo contrario. Checo sabe ganarse la confianza del equipo. Los ingenieros ahora saben que todo el trabajo valdrá la pena, porque el piloto nunca hará menos de lo imposible.
Creo que con esto se encendió una llama de compromiso mutuo, donde todos están determinados a ganar. Obviamente ya lo estaban, pero una respuesta así del piloto, les demuestra que nunca se dará por vencido y eso es muy valioso. Esos 10 puntos conseguidos por Pérez, los sacó de la nada. Su ingenio, experiencia y sangre fría, lo ponen en un gran nivel de competencia. Justo lo que Red Bull necesita.
