Vaya final que nos regaló el Gran Premio de Canadá, con Max Verstappen llevándose la victoria. Pintando los espejos de rojo estuvo Carlos Sainz, a quien no le alcanzó el Ferrari para dar caza del Red Bull. El último escalón del podio se lo llevó el heptacampeón, Lewis Hamilton.
Max logró salir avante ante la presión de un enfurecido Sainz, que lo tuvo al límite. Sin lugar a dudas, Verstappen no cometió ningún error, eso es de respetarse:
“El auto de seguridad no ayudó, en general fueron muy rápidos durante la carrera. Hubiera sido muy difícil para mi cerrar ese hueco, incluso con neumáticos frescos. Al final fue muy emocionante, di todo lo que tenía. Y, por su supuesto, Carlos hizo lo mismo. Lo podía ver empujando y cargando, empujando y cargando. Cuando estas en DRS es más fácil cargar. En definitiva las últimas vueltas fueron muy divertidas.
En términos generales Ferrari estuvo muy fuerte en carrera, hubiera sido complicado alcanzarlos. Salió el auto de seguridad, tenían neumáticos más frescos. Hubiera preferido atacar que defender, afortunadamente funcionó”.
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La brecha que había sembrado Verstappen se vio amenazada por el auto de seguridad. Situación que Sainz no desaprovechó y de inmediato se pegó al auto de Max.
Carlos se mostró altamente frustrado por quedar una vez más en la antesala de la victoria que aún no quiere llegar. Pero lo verdaderamente importante es que no perdió oportunidad para ver el lado positivo:
“Estuve empujando a fondo, buscando pulgadas en el muro, retrasando la frenada, estaba empujando con toda la batería. Lo intenté todo para pasar a Max, pero no tuvimos suficiente ritmo delta para acercarme en la curva, sacarlo de línea hacia la chicana.
Lo positivo es que fuimos más rápidos toda la carrera, pero se requiere un poco más para rebasar aquí. Estoy contento con el ritmo de carrera, la manera en que nos la arreglamos para poner presión a Max durante todas las vueltas. Las paradas en boxes estuvieron muy bien. Honestamente lo intentamos todo para ganar hoy, así que tomaré el lado positivo y seguiremos intentando en la que viene».
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Quien lucía una sonrisa de oreja a oreja, fue el piloto británico Lewis Hamilton, que después de algunos episodios complicados con el auto, pudo subirse a la ola:
«Es muy abrumador llegar a este lugar, este año ha sido de batalla con el auto y el equipo. Pero continuamos estando enfocados y sin rendirnos nunca, es algo que me inspira de mi equipo. Gracias a ellos y a los chicos de la fábrica.
Hasta el momento han sido un poco más rápidos que nosotros, pero nos estamos acercando. Tenemos que seguir empujando y empujando y con suerte estaremos en la batalla con estos chicos.
Gracias al auto de seguridad, en la segunda mitad nuestro ritmo fue muy bueno. Trabajamos mucho en el simulador para tener la puesta a punto correcta . Estoy atónito, no esperaba este resultado, segundo podio del año. Especialmente aquí en Montreal que es donde tuve mi primera victoria de un Gran Premio».
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La siguiente parada será de regreso al viejo continente, con el Gran Premio de Gran Bretaña. Silverstone es un circuito que ha sido dominado por Sir Lewis, esperemos aproveche el momentum que le dio el podio de hoy y siga empujando. Seguramente George Russell, otro local, no le hará las cosas fáciles a Hamilton tratando de brillar en casa.
Por lo pronto, la brecha en el campeonato empieza a crecer, y Max se ve cada día más lejos de Sergio Pérez y Charles Leclerc. Aún queda mucha temporada por delante y hay tiempo de darle vuelta al marcador.
¡Feliz día del padre!
