Durante varios meses en este 2022 en los que el destino de una de las carreras más emblemáticas estaba en la cuerda floja, al fin las cosas se han puesto en su lugar.
La polémica siempre ha estado alrededor de lo que la Fórmula 1 considera sus elementos históricos. Por eso es que el GP de Mónaco tenía algunas cosas distintas a las demás sedes del calendario.
Las opiniones siguen encontrándose porque, en Montecarlo, el dinero a pagar por la carrera, los derechos de televisión, la infraestructura y el patrocinio en pista, son exclusivos. Al final, se ha llegado a un acuerdo que involucra su permanencia por tres años más.
Los detalles aún no se han revelado, pero la F1 junto con el Automobile Club de Mónaco han mostrado sus alegrías de haber terminado las negociaciones.
Para el Director General de la Fórmula 1, Stefano Domenicali, la renovación del GP de Mónaco es un triunfo para la categoría, pero sobre todo para los fans. Por eso se mostró agradecido con las personalidades involucradas:
“Estoy muy contento de informar que seguiremos corriendo en las calles de Montecarlo hasta, por lo menos, el 2025. Me emociona que, el próximo 28 de mayo, estaremos de nuevo en el Principado con el campeonato 2023.
Estamos deseando volver el próximo año para poder continuar con nuestra colaboración. Por eso quiero agradecer a todos los que tuvieron algo que ver en esta renovación. Especialmente a S.A.S. el Príncipe Alberto II de Mónaco y al Presidente del Club, Michel Boeri, así como a todo su equipo”.
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Recordemos que la FIA había dejado en claro que, si no cambiaban las condiciones, podrían abandonar Mónaco. Por lo que, seguramente, las concesiones habrán cambiado en el contrato. Una de las principales trabas estaba en la cuota de organización. Hasta el momento se sabe que lo que pagaba el Principado rondaba los 15 millones de dólares. Es un dato no confirmado, pero esperable, y que supone casi la mitad de lo que ofrecen muchas otras sedes.
Entonces, la F1 podría haber pedido que esta cifra se acercase más a lo que reciben en otros lados para así considerar su posición. Aunque ahí no acababan las tensiones. Otro de los problemas a los que se enfrentaba la cita, es en el tema de los acuerdos televisivos. La molestia de Liberty Media era clara, porque la dirección siempre la realizaba personal local y no el de la F1.
Y esto también tiene que ver con uno de los principales generadores de ingresos. Mónaco, tradicionalmente, gestiona sus propios acuerdos publicitarios en pista. El problema es que, a veces, son patrocinadores rivales de algunos de los socios más importantes del Gran Circo.
Por ejemplo, lo que vimos el año pasado, cuando TAG Heuer tenía un acuerdo con el GP de Mónaco. Claro rival de Rolex, el socio oficial de la F1 en cuanto a todo el tema de cronometraje.
Y, por último, el tema de los posibles cambios en el trazado, con el fin de ayudar a mejorar los adelantamientos. Aunque, por supuesto, esto es lo más improbable que suceda, por lo menos pronto.
Seguramente no será hasta el próximo año cuando veamos lo que sí cambió y lo que no. Pero la alegría de que un circuito tan histórico continúe por algunos años más es lo más importante.
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